Por: Horacio Moreno
DON VÍCTOR PULIDO VIVAS, ejemplo indiscutible de
constancia y dedicación al trabajo. Siempre fue un amante de su pueblo,
preocupado por el desarrollo del mismo, participó en muchas actividades
sociales y culturales. Fue una empresa de proyectos que hicieron época en los
anales de San José de Bolívar. Con un motorcito para el alumbrado eléctrico que
inauguró el 2 de diciembre de 1935 cambió en parte la fisonomía del pueblo. El
proyecto fracasó, pues lo recaudado era Bs. 2 mensual por familia y no llegaba
a cubrir los gastos. Construyó varias tenerías para curtir pieles. Buscó
expertos en este oficio. No pudo sostener el gasto, ya que las entradas no
daban para pagar la materia prima.
Hizo
hornos para quemar piedra de cal. Establece una alfarería, obteniendo arcilla
en el mismo lugar y empieza la fabricación de tejas y ladrillos. Se puede decir
fue la primera fabrica montada en San José de Bolívar llamada “La casa del
Tejar”, ubicada en la carrera 5 con calles Sucre y Páez. La falta de vías de
comunicaciones imposibilita extender su radio de acción. Perseveró por el
espacio de 10 años y se vio obligado a cerrar el negocio.
Estableció
un rebaño de ovejas en su finca “La Maravilla”, al pie de La Cimarronera. Con
este fin se traslada a La Mulera y compra ochenta ovinos. El invierno y la
falta de vigilancia hicieron que murieran todas.
Sembró
de truchas las lagunas de la Cimarronera. En compañía del señor Rafael Ángel
Contreras van a Mérida y con un señor de apellido Urrutia se asocian y compran
la semilla que fructifica en poco tiempo. Hay truchas que llegaban a pesar 6
kilos. El español José Massip interviene en el negocio de las truchas, compran
el terreno, construyen ocho tanques de gran capacidad a orillas del río Bobo.
Empezó la producción. Se convertía San José de Bolívar en un lugar para
exportar turismo. Se construye una casa estilo europeo, surgen problemas, los
administradores presentan cuentas malas y el proyecto fracasa, esto sucedió en
el año 1957.
Don
Víctor Pulido fue un hombre servicial. Se desempeñó como enfermero, cirujano,
picapleitos, sacamuelas y repartidor de tierras. Su pasión fue ayudar a sus
semejantes en la solución de problemas. Con otros amigos trazó nuevas calles
para el pueblo, urbanizando, parcelando un terreno para venderlos a módicos
precios e hizo que la calle de la escuela fuera acondicionada para que los
padres y alumnos pudieran llegar sin dificultad.
Doce
hijos fueron el fruto de su matrimonio con la maestra Ana Manuela Paz de Pulido, ellos son: Víctor
Manuel (doctor en ciencias sociales, con estudios en Florencia, Italia), Juan
(aviador civil, obtuvo su título en México), Nelly Georgina (bacterióloga de la
Universidad Nacional de Bogotá), Elsa Virginia (profesora), Freddy
(arquitecto), Teresa (artista plástico), Armando (ingeniero mecánico), Alfredo
Enrique (ganadero), Miriam (licenciada en educación), Nancy Beatriz (bachiller
en comercio), Omar David (dibujante arquitectónico) y Carlos Pulido Paz.