Por: José Lubín Pulido Chaparro
Nació en San José de Bolívar, por los lados de El
Topón, el 9 de mayo de 1926. Sus padres Román Márquez y Efigenia Vivas. Su abuela
fue Doña Ninfa Márquez. Sus hermanos: Benigno, Pío, Eleticia, Pedro,
Cleodomiro, Eloisa, Rosa Elena, Ramona y Ana.
Sus
padres la dejan al cuidado de doña Mañuela Paz de Pulido cuando apenas contaba
con siete años de edad, a esa temprana edad ayuda a la crianza del hijo
primogénito de los esposos Pulido Paz. Su nueva vida no fue fácil. Doña Manuela
era severa y estricta, recibe de ella una excelente educación y formación
hogareña que le sirvió en su vida, allí permaneció hasta los dieciocho años,
cuando casa con Julio Vivas, de su matrimonio son hijos: Virginia, Carmen y
Adrián. Bajó su responsabilidad están también sus dos hermanas menores a
quienes encamina por el buen sendero, pero allí no termina su brega, contribuye
en la crianza de varios de sus sobrinos políticos, y los ayuda en sus estudios.
Para ayudarse en su vida forma una pequeña Pensión, hace comida a comensales
que así se les llamaba en ese tiempo, un suculento almuerzo valía un bolívar.
Empieza
a trabajar en el comedor escolar cuando lo fundaron, hará más de medio siglo,
ganando cuatro bolívares diarios. Un buen día da cuenta que en el sobre decía doce
bolívares de salario, este detalle y otros desafueros le hicieron desistir del
trabajo, su sana formación habían moldeado en ella una persona de una clara
honestidad, renuncia y se dedica por entero a su Pensión. Con su esposo crían
cochinos. A su memoria llegan recuerdos:
Les hice
comida a quienes construyeron la
prefectura en 1946, a los obreros que
hicieron la casa cural, a la gente que estuvo en la construcción de la Escuela
Regina de Velásquez, a obreros que trabajaron en la construcción de la Iglesia
en 1960, a los que construyeron las cloacas, los que estuvieron trabajando en
la Medicatura, a quincalleros que venían para las fiestas de San José, a gentes
del Ejecutivo, a don Segundo Pulido y sus hijos. A don Pedro Pulido le hice
comida por más de treinta años. Muchas personas necesitadas me pedían comida y
jamás se las negué. Yo trabaje mucho en mi vida. Doy gracias a quienes me han
ayudado.