José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de Historia del Táchira
Bodega de Don Rómulo Romero
La semana pasada me vine con una tristeza tan grande de mi pueblo amado. ¡Ah que cosas con el progreso como cantó Carlos Vives! Sí, el progreso que tanto le ha dado a mi pueblo, ese mismo progreso esta acabando con la memoria de mi pueblo. Sí, la semana pasada fue derrumbada la "Bodega de Don Rómulo", muchos me cuestionaran, que esa ya no era la bodega de Don Rómulo, sino la "Bodega del Tigre". No. Para los que tenemos memoria esa siempre fue la Bodega de Don Rómulo, es factible que con la nueva fachada sea la "Bodega del Tigre". Pero si, las casas de mi pueblo están siendo demolidas, pues no hay una ordenanza municipal para cuidar el patrimonio cultural del Río Bobo.
Voy a exponer porque la nostalgia de la Bodega de Don Rómulo Romero, de Don Rómulo ya ha hablado muy bien Lubin pues es el biógrafo oficial del personaje, hoy quiero hablar de la casona que cayó. En esa Bodega se crearon tantos sueños y se lograron muchos, y la nostalgia viene no de ahora, viene de nuestra niñez, cuando recorríamos esa cuadra, desde la bodega de Don Rómulo hasta la Ferretería de Don Segundo Pulido, o la venta de pescado de Stanislao Vivas o la quincalla de Doña Carmen García de Guerrero, o más allá la bodega de Don Luis Duque o la bodega de los Hermanos Dario y Benedo García. Pero de todas estas, la de Don Rómulo tenía historias particulares.
De niño no nos dejaban entrar a una de las puertas, ya que allí estaba la licorería, pero si podía ingresar por la otra puerta a comprar víveres, cosa un tanto ilógica pero real-maravillosa hermosa.
Don Rómulo Romero en su bodega licorería.
Don Rómulo Romero atendiendo su bodega licorería
Desde muy joven - expresa Lubin Pulido - se dedica Don Rómulo Romero al comercio, y su licencia de venta de licores al detal es la número 0012 de todo el estado Táchira. Dicha bodega fue montada a principios de los años cuarenta y el local comercial funcionó como bodega-farmacia-licorería, una visión para esta época adelantada. Gracias a Don Rómulo llegaron nuevas cosas al pueblo, en parte llegadas con el progreso, ese mismo progreso que hoy mando al piso la casona.
Trajo Don Rómulo las primeras toallas sanitarias para damas, lo cual fue agradecido y mejoro la salud e higiene de las mujeres rioboberas. En su bodega empezó a comercializar y exportar pescado salado, estampillas, timbres fiscales y papel sellado. Agrega además la venta de carne local de vacas, toros y cerdos. Funda en ese mismo establecimiento la primera farmacia y separó la farmacia bodega de la licorería con una simple reja.
José Antonio Pulido Zambrano
Las horas angustiosas de la segunda guerra mundial - opina Lubin Pulido - pudieron escucharse en el pueblo pues Don Rómulo trajo el primer radio en 1942. Y quizá lo más idílico para los niños de aquella generación fue cuando en 1950 "varios niños nos acercamos al puente colgante del Río Bobo (Puente Diablo), para ver cuando traían sobre dos varas de madera, amarrada desde Queniquea, la primera nevera que funcionaba con kerosén". Y fue por primera que gracias a esto los niños del Río Bobo pudieron conocer y probar los helados.
De allí estos recuerdos, que nos los puede tumbar el progreso, pero si el olvido si no los dejamos escrito.
Fotos cortesía: Romulo Enrique Romero Belandria