domingo, 15 de abril de 2012

AUTOBIOGRAFÍA DE JOSEFA ZAMBRANO DE PULIDO (PERSONAJES DE SAN JOSÉ DE BOLÍVAR)

         Mi historia empieza en mi niñez, son mis primeros recuerdos sólidos, aquellos años dorados de mi infancia. La viví al lado de mi madre y mis hermanos, fue una parte muy bella de mi vida. Mi nombre es Josefa Antonia Zambrano Zambrano. Nací el 18 de octubre de 1955, en la aldea La Pérez, municipio Sucre, estado Táchira. A los dos meses de nacida me llevó mi madre a vivir en el caserío San Rafael, la cual pertenece a San José de Bolívar, hoy capital del municipio Francisco de Miranda.
En San Rafael pase toda mi infancia y parte de mi juventud, fue muy bonita al lado de mi madre: María Isabel Zambrano Zambrano. Ella era nativa de la aldea Los Osos, había nacido el 7 de noviembre de 1914, hija de Froilan Zambrano y María de la Paz Zambrano. Mis hermanos fueron: Baudilio de Jesús, Rosa, Placido Alfonso y Floripe (Flor), a quienes quise mucho y siempre los recuerdo.  Mi casa en San Rafael era muy bonita, amplia, de 3 habitaciones, la cocina con su fogón de leña, de grandes patios, de hermosos jardines y rodeada por cultivos de café y cambural. Recuerdo que mi madre me contaba que de pequeña yo era muy tímida y miedosa, pero al ir creciendo fui perdiendo esos temores infantiles. Me reunía con mis primos a jugar el escondite y el pin uno, estos eran los juegos que en ese tiempo se oían, también recuerdo de muy pequeña una muñeca de trapo que me regalo la señorita Irma Narváez, ella en ese tiempo daba clase en San Rafael a mis hermanos. Otro personaje que recuerdo es a mi tía María Transito Rojas, la inolvidable “Tía”, con la que todas las noches nos reuníamos en el patio de mi casa , allí venían también a visitarnos mis primos para escuchar sus cuentos, y como eran de horror, todos nos abrigábamos a su lado, con una lámpara de “Kerosén” que alumbraba la conversa de aquellas palabras, porque en esa época no había luz eléctrica y las velas eran sólo para alumbrar a los santos. Mi tía era famosa por su gastronomía criolla como; El guarrús, el pescado al humo, la carne asada de gallina, ella nunca dejada ir a nadie de su casa hasta que no comiera o tomara su sabroso café, ella estuvo casada con Felix Zambrano.


María Isabel Zambrano Zambrano


Tía María Transito Rojas


Tía María Transito Rojas


Felix Zambrano

 En San Rafael vivieron muchas personas que me ayudaron en los momentos mas difíciles, entre ellas Doña Teresa de Guillen, ella era la partera del caserío, fue la que ayudó a mi madre cuando yo iba a nacer, siempre estaba pendiente cuando alguien se enfermaba, ella iba y le hacia medicinas y la mejoraba.  Viene a mi recuerdo también la finca de Don Luis Rojas, allí existió un trapiche movido por agua, tenia una inmensa rueda de madera, el agua bajaba por una toma y llegaba a la rueda, esta a su vez movía el trapiche donde se media la caña para que se moliera. A mi me gustaba ir mucho para el trapiche con mis primos, a probar y saborear la miel y ver mover esa inmensa rueda de madera.


Baudilio, mi hermano mayor

 Contaba mi mamá que en una "molienta" o molida de caña en el trapiche, una de las hijas de Don Luis Rojas estaba metiendo la caña en el motor que la trituraba y quizá por el cansancio de Luisa, que así se llamaba, se quedo dormida, por lo que metió la mano al trapiche y la prensó, como no daba tiempo de ir a secar el agua, porque de donde venia era demasiado lejos, Don Luis Rojas se armó de valor y le cortó el brazo a su hija, salvándole de esta manera la vida.
 Cuando llegaba diciembre era una alegría muy grande, todos los primos y mis hermanos nos reuníamos para ir a buscar la lama que cubría las piedras y arboles para hacer el pesebre. En ese tiempo no era una navidad para esperar regalos como se ve hoy día, la ilusión más grande era aprontarnos para hacer la paradura del niño Jesús, allí se reunía toda la familia y los vecinos, es decir, toda la comunidad del Caserío. Mamá se encargaba de buscar los padrinos del niño Jesús, los músicos de cuerda, esa noche era una gran fiesta, colocaban al niño en una sabana blanca y lo paseaban por el alrededor de la casa y luego toda la familia rezaba el santo rosario. Luego a adorar al niño por parejas, la costumbre era servir comida y la parranda duraba hasta el amanecer, también en diciembre era la recogida de café y yo tenia que ayudar a mi mamá junto con mis hermanos. Mamá buscaba obreros y yo iba con ellos, aunque estaba pequeña recuerdo que para que se les pasara el tiempo más rápido apostaban a los aguinaldos, al si y el no, pajita en boca, era como el modo de distraerse mientras trabajaban y con canasto en manos se escuchaban versos que hoy día le llaman "Los cantos del café".


Mis primas Mercedes e Irene Zambrano, 
yo soy la tercera de zapaticos negros

Paso el tiempo y fui creciendo, yo viví una vida normal como cualquier jovencita del campo, ayudaba a mi mamá en los quehaceres de la casa, ¡claro! cuando no tenía que ir a la escuela. Con mi mamá aprendí lo hermosa que es la vida, cuando se sabe vivir bien. Mamá fue padre y madre de nuestra familia, nos enseñó muchos valores: respeto, responsabilidad, honestidad, pero sobre todo; la humildad.
 Estudie en la escuela de San Rafael, la que estaba en la finca de mi tío Rafael Zambrano, me quedaba lejos de la casa, pero a pesar de eso, todos los días me paraba muy temprano y contenta para irme a clase. Aun recuerdo a mis compañeros y mi querida profesora Ana Custodia Pulido, que la recuerdo con mucho cariño y admiración, pues fue ella la que me enseñó a forrar mis primeros cuadernos y a leer las primeras letras.
 La vida fue muy hermosa y agradable estando con mi mamá, aunque éramos muy pobres, siempre vivimos muy felices, porque la felicidad no esta en el dinero sino en saber vivir bien y en familia.
 Como toda jovencita tuve un novio, y era una época muy bonita, aunque en ese tiempo sólo se comunicaba con el novio era por cartas, ya que mi mamá era muy estricta y mi hermano mayor también. Pero ese noviazgo duro muy poco tiempo. Cuando tenía 14 años me paso algo muy triste que cambio mi vida, murió mi hermano Baudilio de Jesús, el mayor, el que vivía con mi mama y conmigo, para mí fue un golpe muy fuerte pues quedábamos muy solas. Mi hermana mayor ya se había casado y mis otros dos hermanos;  Alfonso y Flor, habían emigrado a la ciudad de Barquisimeto en busca de trabajo, ya que aquí era muy difícil encontrarlo, pues en esa época la vida del joven campesino era muy dura, y más cuando no se tenían recursos. 
 Luego de la muerte de mi hermano Baudilio, mi mamá se enfermo y los muchachos que ya estaban estables en Barquisimeto decidieron llevarse a mamá y a mí con ellos. Ahí viví seis años y fue donde culminé mis estudios de primaria en una escuela nocturna, porque en el día trabajaba con mi hermano. Al terminar la primaria quería seguir estudiando pero por falta de recursos no seguí.
 Después de seis años mi mamá decidió volver para San José de Bolívar porque ella quería que yo siguiera estudiando. Después de tanto tiempo decidimos regresar al pueblo en agosto de mil novecientos setenta y tres, llegamos a vivir en la casa de mi tío Rafael. En esa época empecé a estudiar en el liceo con mi prima Irene, que era como mi hermana. En ese tiempo el liceo funcionaba en la casa cural y en la casa de Doña Teotiste Chaparro de Gonzáles, venían estudiantes de otros municipios, ya que en esos días sólo existia este liceo en la zona de montaña.


Pedro Pulido
Pero, dure muy poco estudiando, pues sucedió algo en mi vida que cambio todos los planes que tenia. Una tarde que salíamos  de clase le pregunte a Irene: 
¿Prima quién es ese señor que esta limpiando los salones del liceo? 
Y ella me contestó: -Ese es “Pedro Garantía”, el bedel del liceo.
Y yo le comente: - Es muy simpático ese señor. 
Luego una tarde Heliodoro García fue a la casa de tío Rafael, porque él era amigo de Irene y que casualidad que llegó con Pedro, ya que ellos eran muy amigos y me lo presentó, hablamos, nos conocimos y luego nos hicimos novios. Ese noviazgo duro como cinco meses.
Me casé el 26 de abril de 1974, con Pedro Pulido Parra, el nació un 27 de abril de 1943, hijo de José Antonio Pulido Chaparro y la Señora Flor de Maria Parra Velandria, él era oriundo de la aldea Los Pajuiles y ella de La Grita. Nuestro matrimonio ha sido un hogar muy bonito y doy gracias a dios y a la virgen durante 36 años, este hogar ha sido muchas veces bendecido por Dios.  Mi alegría grande fue cuando quede embarazada, pues es lo más hermoso que le puede pasar a una mujer, ser madre. Mi primogénito José Antonio “Tony” nace el 10 de junio de 1975, por circunstancias de la vida nacio en Táriba, porque el día que me dieron los dolores no había medico, ¡bueno! en ese tiempo casí nunca había un medico fijo en el pueblo y como era primeriza tenían que llevarme a Táriba. Ese día fue de mucha lluvia fuerte y vientos. Pedro busco al señor Antonio Santander y llegando a Cordero le chocaron la camioneta, yo iba muy tranquila, y el señor Antonio me dijo sonriendo: - Josefa es un varón porque no se asusto.


Con Pedro, mi esposo y mis dos hijos: Pedro Alexander y José Antonio


Don José Antonio, mi suegro con Tony en brazos, yo con Alexander en brazos,
a mi lado Ana Graciela, Pedro y mi sobrino Benjamín.


Gilberto Roa, Candida Rosa Roa, Pedro Pulido y Josefa Zambrano 
con su hijo Nixón Gilberto Pulido Zambrano en brazos

El señor Antonio era muy amigo de Pedro y fue muchas las veces que su camioneta sirvió de ambulancia, pues era un hombre muy servicial, un verdadero amigo. Otra alegría más en la casa, el nacimiento de Alexandercito. Pedro dice: -"...otro Pulido más para la familia". Nació el 1 de eneroo de 1977, en este parto no corrí mucho, pues nació en San José de Bolívar, sector Cruz de la Misión. Ya nos habíamos mudado y vivíamos en nuestra casa. Luego llego Gilbertico, mas alegría para la familia el tercer varón que venía a completar el trío de los “Pulido”, nació el 10 de diciembre de 1978. Le llame Nixón Gilberto, Nixón por el presidente de los Estados Unidos de ese tiempo y Gilberto por un amigo de Pedro, el compadre Gilberto Roa. La alegría mas grande de la familia Pulido Zambrano, fue la llegada de una niña, que venía a ser la consentida de la casa, pues llevaría por nombre María Isabel “Nena”, igual que mi mamá (que la virgen me la proteja), nace el 5 de marzo de 1981, el tiempo transcurre y yo siempre pendiente de mis hijos, Pedro y de la casa. Pero un día pensé: ¿Por qué yo no estudio? Aquí en San José existía una Academia de comercio, “Simón Rodríguez”. Allí estudie y salí como Auxiliar de Contabilidad, pero por falta de inscripción se la llevaron, de los profesores que recuerdo que me daban clase estaba: Gilberto Guerrero y Otilia Hidalgo.


Academia de Comercio "Simón Rodríguez"

 Luego de nueve años otra alegría más en nuestro hogar, nos llega otra niña para alegría de nosotros, ya que los muchachos estaban más grandes, pues es Lucerito quien vendría siendo la mas pequeña de la casa y es la que esta con nosotros y en la actualidad estudia en la ULA. Nació el 14 de febrero de 1990. Durante todos estos años que he vivido aquí en mi pueblo, la vida ha sido muy bonita, pero también he sufrido el dolor de la perdida de muchos seres de mi familia. El 4 de agosto de 1987 muere mi mamá, para mi fue un dolor muy grande pues, sentía que me estaba quedando sola, pero al pensar en mis hijos y en Pedro vi la vida de otra manera y seguí adelante, luchando por mis hijos y por mi hogar. Pero de nuevo el dolor vuelve a tocar la puerta y es que se muere mi hermana Irene, dejando tres niños, para mi fue muy doloroso y muy triste, pero hay que ver que la vida continua y nosotros con ella.
 Empecé a hacer cursos y talleres de costura, repostería, tejidos conservación de alimentos y otros, todos esos cursos me sirvieron de mucho para ayudarme en la casa. Con los años conocí a la Señora Elsa Pulido y me invitó a hacer un curso de artesanía y como los muchachos ya estaban grandes, acepté y empecé hacer el curso y fue bonito y a mi me gusto. Comencé a hacer mis primeras piezas de arcilla o “greda”, después que terminamos el curso formamos una Asociación de Artesanas “El Lajon”, ahí empezamos a trabajar mas con arcilla, y a preparar los vinos, que hoy día sigo preparando, el famoso vino de mora, “Único Riobobero”.


Josefa Zambrano y su hijo José Antonio Pulido Zambrano 

 Era un grupo de señoras amas de casa de las cuales hice muy buenas amistades allí aprendí que la amistad vale más que todo, y que siempre las recuerdo a todas mis compañeras artesanas, también les cuento que a mi me gustan mucho los niños y tengo nueve años dando catecismo en mi parroquia los sábados en la mañana y para mi ha sido una experiencia muy bonita, la cual me siento muy orgullosa y satisfecha de formar a ese grupo de niños para que hagan su primera comunión y es un merito para mi que cuando voy por la calle esos niños me saludan con tanto cariño: “ hay va la señora Josefita, la que nos da catecismo” 
 Les narró que ya los muchachos crecieron. Y ya cada uno tiene su propio hogar y ya tengo nietos y Lucerito que esta con nosotros estudia el 8 semestre de Biología y Química en  la ULA.  Yo un día le dije a Pedro: -Nuestros hijos vuelan y se nos van y nos quedamos solos, solo nos queda rezar para que sus alas sean fuertes y no se caigan.
          Ahora la alegría de la casa son nuestros nietos, que los adoro, y como quisiera que estuvieras todo el tiempo conmigo pero es imposible porque viven lejos. Pero siempre están viniendo a visitarme y pasan días con nosotros. Mi primer nieto Cristhian Alexander, luego José Antonio III y enseguida Luisito y Santiago, como los quiero y me hacen tan feliz. Pues con ellos se llena de nuevo de sonrisas la casa.
          Un día me encontré con comadre Consuelo y me dice: “- Comadre yo estoy sacando el bachillerato en la Misión Ribas, anímese y estudie conmigo que es muy bonito". Nos empezamos a reunir en la noche y hablamos, es de 6 a 9 p.m.
          Fui y me inscribí y empecé a estudiar todas las noches. A las 6 p.m. ya estaba lista para irme a clase, cuando tenia a mi nietesito Cristhian me lo llevaba y lo sentaba  al lado mío, eso fue una de las cosas que me dio mucho animo de seguir estudiando y también lo muchachos me dieron mucho animo. Hoy me siento muy contenta por que ya tenía mi titulo de bachiller y luego obtuve por la Universidad "Simón Rodríguez" mi Licenciatura en el área cultural. Hoy estoy escribiendo un libro de mis memorias, parte de lo escrito aquí esta en ese manuscrito.
He dicho".