martes, 21 de septiembre de 2010

DON VICENTE ZAMBRANO, EL ÚLTIMO RIOBOBERO DE ANTAÑO (Dos entrevistas para la Historia del pueblo).

Por: Josefa Zambrano


Don Vicente Sambrano Gómez

Don José Vicente Zambrano Gómez nace el 17 de abril de 1916 en la aldea Los Paujiles, donde formó su familia. Hijo de Tiburcio Zambrano, y Liboria Gómez. Como todo un Zambrano, atento y bondadoso, abrió la puerta de su nueva casa, ya que ahora se encuentra viviendo con su hija Teresa en Queniquea. Al llegar me hizo pasar y que me sentara y empezamos a hablar. Don Vicente me pregunta: ¿Es usted de mi familia? Yo le conteste, claro que si soy otra Zambrano.

Nos acomodamos y empezamos a hablar, mientras tomábamos una taza de café que nos traía muy gentil su hija. Don Vicente a pesar de sus 92 años, tiene una lucida memoria y me relataba cuanto sabía y recordaba de su infancia en la aldea Los Paujiles y también de su familia.


Escudo de la familia Zambrano.

Los Zambranos cuando llegaron a estas tierras se escribia el apellido con "S". El primero en llegar a estas tierras tachirenses fue Antonio Sambrano en el siglo XVI a una hacienda al lado del río Escalante. Luego en 1790 se instala Antonio de los Reyes Sambrano  y compra las tierras cercanas al río Samparote, tierras que llamaban vegueras, y cultivo el tabaco y el cacao. Luego se hicieron dueños de tierras en San Rafael y Los Osos, donde sembraron las primeras matas de café en 1865.

¿Don Vicente que recuerda de su infancia?

- "Me viene a la mente de nuevo todo aquello de mi infancia y juventud que viví y sentí en la aldea. La finca de mis papás es ahora del Sr. Jesús Contreras. Recuerdo que al frente de mi casa vivía mi tío Froilan Zambrano, donde jugaba con mis primos, pero yo era muy tímido. Mi abuelo José de la Cruz Zambrano vivía en Los Osos".

Me cuenta Don Vicente que con la que más le gustaba jugar era con Flor, pero era muy tremenda.

¿Cómo vivían la gente en ese tiempo?

- "En ese tiempo había mucha pobreza, y costaba mucho para conseguir la plata. No se conseguía sal, el que tenía un poco de sal era rico. Éramos muy pobres y habitábamos un rancho de palma y paredes de bahareque; el ranchito tenía tres piezas, cocina, aposento y sala. Sala que servía para albergar a los visitantes y también para velar a nuestros familiares muertos. Las camas eran de palo con esteras y chingaleas".

¿Don Vicente usted recuerda de algunas enfermedades que existían en ese tiempo?

- "Había muchas enfermedades, pero la que más recuerdo era la “jipatera”. Las personas que la padecía, el color era tierroso y se cansaban al caminar y como no había plata para comprar la medicina, la mayoría moría de esa enfermedad. Mamá me contaba que existían unas píldoras para esa enfermedad pero que eran muy caras y sólo la usaban los ricos que tenían con que comprarlas".

Don Vicente se acomoda en el mueble y sigue tomando su cafecito y nos sigue contando:

- “A los 22 años muere mi papá, un golpe fuerte para mí. Seguí trabajando en la casa ayudando a mi mamá. Desde pequeño me enseñaron muchos valores, entre esos la Doctrina Cristiana”.

- "Recuerdo que había un padre que venía de Queniquea a San José a celebrar la misa los domingos a las 5 de la tarde y yo no faltaba a ninguna".

- "En ese tiempo había mucho orden y respeto a todo. Yo recuerdo que a mí papá y mamá uno no les contestaba porque con una sola mirada le decían todo. No como los muchachos de ahora que son muy falta de respeto".

Don Vicente se queda callado y muy pensativo y luego me dice:

- “Hay que recordar la familia porque así sabemos quienes somos y de donde venimos”.

- "A los 24 años muere mi mamá, fue un pesar muy grande (se queda pensando tomándose su café)".


José Lubin Pulido Chaparro y su nieto, Don Vicente Zambrano 
y José Antonio II Pulido Zambrano con su hijo José Antonio III Pulido Colmenares

¿Don Vicente me puede contar como era San José de Bolívar antes?

- "Yo conocí a San José cuando era sólo el alrededor de la plaza, se contaban los ranchos, lo demás era puro campo, y ahí cultivaban café y cambural, las casas eran de bahareque y el techo de paja y pisos de tierra. La gente andaba en puro pie, era gente muy humilde y sencilla, dedicados al trabajo de la tierra".

¿Don Vicente usted recuerda cuando se cayó la iglesia?

- "Sí, yo recuerdo cuando se cayó la iglesia y varias casas, eso fue como en el año 1957".

- "También recuerdo que fue en el gobierno de Pérez Jiménez cuando reconstruyeron la Iglesia, dicen que en ese tiempo gastaron 360 bolívares para que quedara como nueva".


¿Cuénteme Don Vicente como formó su familia?

- "Luego conocí a la que fue mi esposa: Leticia Carrero del cual forme un gran hogar que nacieron 5 hijos: 4 varones y una hembra; Rafael, Atilio, Campo Elías, Teresa y Nelson Zambrano Carrero. En mi matrimonio fui muy feliz, al lado de mi esposa Leticia. Luego como la ley de la vida murió mi esposa. Ya mis hijos están todos grandes y cada quién hizo su vida".

- "Ahora me encuentro viviendo con mi hija Teresa aquí en Queniquea pues, uno viejo tiene que buscar el calor de los hijos, y tratar de vivir lo mejor que se pueda".

¿Don Vicente, de que, como mantenía usted su familia?

- "De la agricultura se cultivaban los sanes, fríjol, arbeja, maíz, se bregaban con animales".

(Entrevista dada el día sábado 2 de junio del 2007, Hora 3 de la tarde).


ANEXO, Datos de entrevista realizada en la aldea Los Paujiles el 25 de agosto de 2010.

Don Vicente Zambrano nace un 17 de abril de 1916. Hijo de Tiburcio Zambrano, hijo de Cruz Zambrano y María de la Cruz Mora Zambrano, oriundo del caserío Los Osos de este Municipio y Liboria Gómez, proveniente ésta de La Grita.
Don Tiburcio Zambrano colaboraba siempre con la iglesia. Anteriormente antes de 1943 cada 6 meses venía un sacerdote al pueblo.
Los caminos se hacían por, oficio, por convite, cuando el General Gómez mandaba en este país, en ese tiempo no había plata pa' pagar obreros.
Con el General López Contreras se empezó a pagar un salario a los obreros de 5 Bs., para abrir los caminos, aunque no se crea en el pueblo se sintió el cambio del Gomecismo al Lopezcontrerismo,
Hubo una maestra de nombre Eudocia Andrade, fue una maestra que enseñó en los campos, iba por las aldeas, casa por casa a enseñar, ella vivía en el pueblo en la casa de Don Juan Pulido y Doña Asunción, y los que podían pagar 2 Bs., les daba clases, cobraba 2Bs., eso era mensual por alumno.
Por esos días hacían una escuela en una casa de Don Abraham Parra, donde venían los niños a cuyos padres pagaban para que aprendieran las lecciones básicas; leer, escribir, sumar y restar.
En el pueblo había una podada, cuyo dueña era doña Vicenta de Escalante.
Para ese tiempo mucha gente ni sabía que Gómez mandaba en el país, en ese tiempo no llegaban periódicos a los campos, ni noticias, quien hablaba de política iba preso, sólo el Jefe Civil y las familias que vivían al lado de la plaza Bolívar tenían privilegios.
Recuerdo mucho a don Juan Pulido, él era un hombre bajo, con el bigote largo con vuelta, la abuela Asunción era morena, alta y con el cabello crespo. Su hermano Domingo Pulido vivía a diferencia de Don Juan en Los Paujiles, él también era bajo y muy parecido a Don Juan. Un tercer hermano, de nombre Fabián Pulido vivía en el caserío de La Costa y tenía hijos como Domiciano y Mariano.
Don Domingo Pulido fue casado con doña Eufemia Chaparro, una mujer gordota, formada, vivían abajo en el trapiche, allí se formo toda la familia de él, en ese plan estaba la casona, era una tremenda casa, casi todos los hijo de Don Domingo murieron de tisis y tuberculosis, uno lo mordió un perro con rabia y tuvo una enfermedad larga y difícil.
Yo compre aquí en Los Paujiles a los 20 años, cuando murió mi hermano Ramón Zambrano, le compre a papá Tiburcio, cuando llegue a estas tierras esto era pura montaña.
En esa época los hombres vestían de kake, ballesta y siempre llevaban con ellos una linterna.
La ropa la hacía Brígida Pulido, cosía muy bien, venía la gente del pueblo a mandarle a hacer ropa.
Por ese tiempo vivía la gente de la agricultura, el que tenía una o dos vacas y una bestia eran los Dones.
Don Elías Gómez, venía de La Grita, sabía leer y escribir, fue Juez.
El pueblo en la época del General Gómez era lo que encierra la plaza, de la prefectura hasta la otra cuadra y detrás de la iglesia la casa de don Juan Pulido. Alrededor de la plaza por el lado de la iglesia estaba la casa de Don Jesús Contreras y la abuela Ysabel, les seguía el hogar de don Marco Aurelio Chaparro, Don Elías y Doña Vicenta. Por la otra esquina vivía Don Felipe Noguera casado con Natividad Urbina Chaparro, esta familia crió una prole en soltería.
En la esquina vivía Don Nicanor. 
La iglesia vieja tenía dos puertas, la principal y la de los pecadores y mujeres.
Las otras gentes viviían en la lejanía del campo, en ese tiempo no había tiendas, la gente comía lo que cultivaba. La gente vivía del café.
El Dr. Teófilo Noguera trajo la caña cristalina, pero ya había la caña angora y caña negra. Hijos de Don Felipe Noguera; el Dr. Teófilo y Don Pancho (Francisco).
En el año 1921, el año de la peste, en esos años no había medicinas y la gente se curaba con menjurgues y plantas.
Recuerdo que para un jueves de Corpus Cristhis mataron a Don Emiliano Contreras, en un pleito del pueblo. Don Tiburcio estaba pesando esa vez, ese día hubo muchos muertos.
En ese tiempo Queniquea, Pregonero, San José, era una zona muy peligrosa, era un triangulo para el crimen, era la zona más peligrosa que existía, y San Pablo, llamado El Combudo.
Los Paujiles a diferencia de otros sitios era una zona muy pacifica, trabajadora, no se metía en pleitos, aunque había sus excepciones como el caso de los Carolinos.
Familias que vivían en esta aldea; Balbino Guerrero y Edilia Gómez, Balbino era oriundo de la Laguna de García. Tambien vivían los Parra, y Froilán Zambrano que era hermano de Don Tiburcio. Esa familia de los Zambrano eran: Froilán, Tiburcio, Esteban y 5 hembras, la mamá de los Gualíes era de estos Zambrano. 
Los Zambrano eran de Los Osos y San Isidro.
En ese tiempo se andaba a pie hasta La Grita, se tenía un par de alpargatas para entrar a la iglesia, "por este camino de herraduras se iba a La Grita".
A Táriba se iba a pie hasta el páramo de El Zumbador por el Camino Real.
Para construir la carretera de El Zumbador a Queniquea se trabajaba por cuadrillas (14 obreros).
Recuerdo de caporales para esa vía a Rafael Contreras y Ángel María ramírez (Chorote). Se pagaba 3 bs., por jornal.
Don Salomón Ramírez, hijo de Celedonio Ramírez, ya vivía en la época de Gómez en el pueblo, estos Ramírez venían de Queniquea, los Ramírez de Don Venancio venían de Pregonero, de Las Palmas.
Un sacerdote inolvidable fue el padre José Ignacio Moncada, "muy popular, amigable, atento con todo el mundo", fiaba los entierros, luego le pagaban con animales, que él enviaba a La Palma, pues era dueño de casí toda La Palma. Tuvo un caballo andaluz llamado Palomo, se lo montaba un queniqueo llamado Simón Díaz, el papá de Jesús Díaz Duque.
En esa época la plaza era un potrero de puro gramalote. El padre Moncada hacía tres misas de aguinaldo aquí, las demas en Queniquea.
En el año los jueves de Corpus Cristhi, dos veces al año.
En los entierros, llevaban el cuerpo a la iglesia, le rezaban rosarios y luego lo llevaban al cementerio, sin sacerdote muchas veces, porque en ese tiempo San José de Bolívar no tenía sacerdote, luego se le hacía la misa aparte, pues de San José de Bolívar a Queniquea era un charco de barro.
Para las ferias del patrono se hacían recamas de pólvora los 19 de marzo y muchas veces se prendían los gramalotes de la plaza antigua.
Don Evaristo  y Don Miguel Peñaloza, era gente asentada en la Mesa de San Antonio. Los Zambranos en San Rafael y Los Osos. En Los Paujiles estaban los Parras, los Pulido.
Don Abraham Parra se caso con mi hermana Leonor Zambrano. Don Abraham era de La Grita, hermano de Flor de María Parra la esposa de José Antonio Pulido Chaparro.
Luis Belandria, oriundo de La Grita, vino de Aguas Calientes con Doña Hermelinda.
Los Zambranos, Tiburcio y Froilán eran altos. José Froilán Zambrano Mora casó con María de la Paz Zambrano Rojas, eran primos hermanos.
En ese tiempo no se hablaba de noviazgo, se pedía la mano y listo.
Tres días se duraba de viaje de San José de Bolívar a Táriba para traer ganado.
Don Vicente Zambrano fue pionero en la ganadería en la aldea Los Paujiles, traía becerros de 5 arrobas a 20 bs., o 5 pesos, eso fue en 1940.
En Los Osos y la Mesa de San Antonio para ese tiempo había mucha pobreza.
La ganadería de altura fue quien dio impulso al pueblo a finales de los años setenta, ni el café ni la trucha. Fue la ganadería de altura y eso se lo debemos al profesor Pedro Contreras Pulido, quien por cierto trajo el Liceo cuando fue Vice-Ministro de Educación.
En Los Paujiles por 1940 empezamos atrabajar con queso ahumado y fresco, quajadas.
El pasto arraigal llegó a la aldea en 1945.
Recordamos los aserraderos de madera de Don Pilar García y don José Antonio Pulido, Florencio  Mora.
Para esa época construían ataúdes Macario Gómez, hermano de Don Elías ómez, también Don José Mora, Isidoro Pérez, estos eran muy buenos carpinteros, así como Don Nicolás Rosales.
Isidoro Péres era de la Laguna de García, vivió un tiempo y luego se fue, trabajaba muy bien la madera, tambien fue caporal en la carretera de El Zumbador a Queniquea.
En los años 50 se hizo la carretera de San José de Bolívar a Queniquea con Pérez Jiménez, se hizo con máquina, no con obreros como los caminos antiguos. Pérez Jiménez también decretó la iglesia de 1957 y se terminó cuando Edilberto escalante (queniqueo) era gobernador.
Antes se trabajaba de sol a sol, de lunes a sábado, tiempo donde se cosechaba arbejas, caraotas, entre otros.
La comida más común era la sopa de arbejas, mazamorra de maíz desquebrajado y leche.
Los trabajos se hacían por convite, a "Vuelta e buey" o "a vuelta de día", pues no había moneda para pagar.
Con los convites para hacer casas se convertían en una gran fiesta, para ello llegaban 12 yuntas de bueyes para llevar la madera, esos días eran acompañados con música de cuerda. Eran más de treinta obreros por fina y a comer y bailar todos la noche que se terminaba la casa, esto ocurría siempre al terminar una jornada de trabajo.
Un lugar de malos recuerdos en el pueblo era el sitio de Barrio Hondo, allí era el sitio del licor, de las peleas, de las muertes violentas, nada extraño que estuviera detrás de la iglesia y se cobijara allí la mala vida.
Don Olinto Chaparro. era un hombre formado, leguleyo, tocaba el tiple, fue Juez, Prefecto, aquí y en Pregonero.
José Antonio Pulido Chaparro era "una cosa rara", buen y sano era chistoso y hablador, cuan do estaba jumo era muy parco, no conversaba con naide, sólo se sentaba a escuchar a los otros, siempre estaba con su maletica al hombro.
Don Salomón Ramírez, era el sepulturero, el que medía para que abrieran los huecos del cementerio, cobraba 2 Bs., por marcar la sepultura.
Abel Rojas, era de La Costa, le encantaba cantar en los velorios de angelito. Un día recuerdo le dejaron un angelito a Don Salomón y los padres no regresaron porque no tenían los 2 Bs.
Los Francisconi vivían en La Colorada, el más antiguo de todos era don Miguel. Había venido de Italia y se había casado con una mujer de La Grita.
El cuadro de Las Ánimas del Purgatorio que esta en la iglesia era muy venerado. Lo había pintado y que un pintor de La Grita. Lo conocí en la iglesia vieja, en la época de los Gómez. Un cuadro que databa de la colonia, eso me decían. Es un cuadro muy viejo.
El San José y el Santo Cristo fueron hechos por Atanacio Cárdenas Zambrano,
El Dr. Teófilo Noguera dio las imágenes de Semana Santa. 
Mi padre Tiburcio contaba "que la toreta de cedro para hacer San José la trajeron de Los Amarillos, sector de Mesa de San Antonio, lo trajeron con bueyes.
Don José Ramos Zambrano fue el padre de Don Teódulo y Atilio.
En cuanto a los Roa, los de Don Teódulo Roa, son gente que venía de Río Arriba y los Rodríguez (Buecitos) eran de Santa Filomena.
La carretera de Los Paujiles se hizó en el gobierno del Dr. Juan Galeazzi, siendo gobernador cuando Leoní, estaba el padre sandoval y el padre Martín Martinez.
Existió una capilla conocida como "Capilla de los Fianchos", estaba en todo el bordo, para ver La Costa y San José de Bolívar, estaba desde la época de Gómez. Otra capilla era la de San Antonio, santo protector de los antiguos puentes de madera antes de llegar el cemento, estos puentes de madera se construían con techo para que la madera no se pudriera, así eran los puentes de los ríos San Antonio y Río Bobo, éste último por la entrada antigua al pueblo, donde estuvo la tenería de Eliseo Roa y la trilladora de café.

sábado, 18 de septiembre de 2010

MINIBIOGRAFIA DE ORLANDO CONTRERAS PULIDO

Por: José Lubin Pulido Chaparro


Aquel 17 de enero de 1937, Don Jesús Contreras Hernández caminaba apresurado por las tranquilas y solitarias calles de nuestro pequeño terruño en busca de la excelente partera: Doña Casimira de Peñaloza, para asistir en el parto a Doña María Pulido Vivas, de un hermoso varón quien llevaría por nombre Orlando. Fue un momento de alegría como lo era siempre cuando nacía un hijo. Recordó Don Jesús, que él había nacido hacia 57 años en el sector: Las Tapias, de Bailadores Estado Mérida, y que sus padres Don Juan Ignacio Conteras y Doña Genoveva Hernández, habían expresado emoción el día de su nacimiento, como la que él manifestó en ese instante.
Cursa su primaria en la escuela Regina de Velásquez, con su intuitiva inteligencia deja asombrados a sus maestros: Doña Manuela Paz de Pulido, Don Heriberto Labrador y Don Pedro Pereira, quienes moldean el futuro de este promisor estudiante.
Le vi partir una mañana en los primeros años de la década de los cincuenta, iba llorando con la nostalgia de dejar a su patria chica para abrazar con esperanza el destino que le esperaba la patria grande: Venezuela.
Dos o tres años mas tarde regresa al poblado, era diciembre y con la innovación de la época avanza con destreza en patines por los andenes de la plaza recién construida, que con asombro miramos la agilidad del joven adolescente.
Toreando dificultades: la precaria economía y los avances de la época culmina el bachillerato en el colegio San Ignacio de Loyola, con excelentes calificaciones. Se gradúa de Abogado en la Universidad Católica Andrés Bello, con mención honorifica Cum Laude.
Familiares y amigos le recibimos en La Guaira a su regreso de Brúcelas, donde había culminado el postgrado en Criminología, otorgado por la ilustre Universidad Libre de Brúcelas.
A partir de 1966, empieza a ejercer como hombre público de: Director General de La Penitenciaria de Venezuela, Director General de Prisiones.
Militó en el partido Copei, escalando posiciones dentro de la organización partidista, con asombrosa madures política combatiendo con ideas en pluralismo político de la Venezuela Democrática, buscando soluciones tangibles para las comunidades donde estuvo presente. Fue Sub-contralor del Distrito Sucre, Concejal de este Distrito; Concejal del Distrito Federal; Diputado al Congreso de la República en 1993; Senador al Congreso Nacional en 1998.
Como municipalista participa en beneficio de los Municipios del País, recordando a su pueblo natal hace mención para la creación de un municipio, en la Ley Orgánica del Poder Publico Municipal, se base en los habitantes asentados establemente en un territorio determinado, con vínculos de vecindad permanente y ser un centro poblado no menor a la media poblacional de los municipios preexistentes.
En base a ello se crearon además del Municipio Francisco de Miranda (San José de Bolívar), los municipios: Rómulo Acosta (Mesas de Seboruco), Simón Rodríguez (San Simón), San Judas Tadeo (Umuquena), Rafael Urdaneta (Delicias), Torbes (San Josecito), del Estado Táchira, entre otros.
De catedrático ejerció en: Derecho Penal, Criminología y Legislación Municipal; en las Universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y de Carabobo.
Internacionalmente se destaca como presidente de la Organización Iberoamericana de Municipios y miembro de la Organización Internacional de Defensa Social.
Fue presidente de Copei, Partido Popular y Presidente Honorario.
Formado en la fe cristiana, arraigada en los pobladores de Los Andes, constituye un matrimonio ejemplar con la distinguida dama Elena Casas Robles, de las familias de linaje de la Caracas de antaño, culta y formada en la fe católica, que saben impartir a sus hijos: María Elisa, Valentina, Orlando Ignacio, Manuel y María Elena.
En 1983 con motivo del centenario de nuestra población la visita y asiste a los eventos religiosos y protocolares del momento; para recordar nuestros ancestros sepultados va al cementerio, ve el deterioro que presenta el cuadro pictórico dedicado a la Virgen Del Carmen, rectora de las ánimas del purgatorio, colocado en la pequeña capilla allí existente después del terremoto de 1957. Con permiso de la Diócesis del Táchira, traslada a Caracas el venerado cuadro y lo manda a restaurar; hoy día lo podemos apreciar en el despacho parroquial de nuestra comunidad.
Según reporte de la revista: Desafío de la Historia, año 2, revista 15. Surgió la representación del cuadro de las benditas animas del purgatorio en Europa a mediados el siglo VII, para los que no estaban del todo condenados. Uno de los promotores fue el Padre Jesuita Diego Barza, por el año 1645 en Valladolid. El Obispo Mariano Martí, realiza un inventario en la Diócesis de Caracas entre 1714 -1784, encontrando varios altares dedicados a las ánimas del purgatorio. Son cuadros sobre lienzo y tabla de gran tamaño entre 2 a 3 metros. A las animas se les pinta semi-desnudas cubiertas sus partes intimas con las llamas, con la mirada dirigida a cielo en señal de suplica o con la mirada baja como signo de penitencia.
Estamos seguros que esta reliquia religiosa y además histórica, que no sabemos como llegó a nuestra parroquia, sea uno de esos pocos cuadros religiosos que hay en Venezuela.
El 1970 cuando este ilustre hijo, era Director General de Prisiones consigue del Ministerio de Justicia una partida para la construcción de los reclinatorios de nuestro sagrado templo.
El 25 de agosto del 2010 varios periódicos de la capital, expresan con dolor y sorpresa el fallecimiento del Dr. Orlando Contreras Pulido, un hombre público con una vida intachable a favor de los mas elevados ideales cristianos, dedicado a la familia, honesto, de incuestionable lealtad a la patria; gran luchador por la libertad, de la democracia venezolana y del continente.
El 31de mayo del 2009 recibe José Antonio Pulido, vía internet el siguiente mensaje ¨Querido José Antonio, hace poco llego a mis manos el ejemplar de la revista: El Riobobense, que con tanto acierto diriges. Para los Rioboberos como yo que vamos poco al pueblo pero que no olvidamos, este reencuentro a través de las páginas de tu revista fue particularmente emocionante. Mucho éxito¨

martes, 14 de septiembre de 2010

CESAR PEÑALOZA, ENTRE EL CANTO Y LA ESCRITURA

Por: José Antonio Pulido Zambrano

En su Facebook aparece que nació un 06 de septiembre de 1926 o será 1946. Lo único cierto es que lo he conocido en la distancia cuando su voz ameniza actos culturales, de haber nacido en 1926 tendría 84 años, a menos que sea un Dorian Gray a lo tachirense, el facebook se equivocó.


Cesar Peñaloza de niño, es el más alto.

Pero si le podemos decir que Cesar Peñaloza es un investigador cultural nato, amante de sus raíces, sus estudios de Primaria los hizo en Pamplona, al lado de Orlando Niño y Gonzalo Vladimir Palumbo Bejarano.



Orlando Niño, Gonzalo Palumbo y Cesar Peñaloza


Gonzalo Bladimir Palumbo, Septimio Russo, Alexis Pastrán y Cesar Peñaloza en Pamplona.

Quizá allí en Pamplona cantó aquel bello bambuco "Brisas de Pamplonita":

"Ay, ay, ay, si las ondas del río
remediaran las penas del corazón,
te contarían, luz de mi vida,
los amargos pesares de mi pasión..."


Durante años y aún adolescente organiza y dirige un conjunto de Villancicos en Barrio Obrero que en noches decembrinas interpretaba aguinaldos en los pesebres vecinos o en concursos organizados por las radiodifusoras de la época y clubes sancristobalenses. Fundó y dirigió la primera agrupación gaitera sancristobalense Estelares de la Gaita (1967 - 1978). Cofundador, director y vocalista del Grupo Acorde (1984 - 1987) y Rondamor (1993 - 2010).


Cesar Peñaloza de solista.

Forma equipo en el dueto "2 y 2" con Carlos Figueredo. De manera eventual canta con el "Trío José Méndoza" o acompañado al teclado por el Dr. Luis Hernández, Pablo Mendoza, o un dilecto grupo de músicos amigos, con quienes comparte espacios culturales.


Doctor Luis Hernández Contreras (Foto: Ana Bertha López)


Cesar Peñaloza y sus amigos.

Crea, dirige y anima los primeros café concert semanales de San Cristóbal: "Martes, Diálogo y Arte" del Salón de Lectura (1981 - 82), Ateneo del que fue Coordinador; "Círculo Concert" en Círculo Militar (1983 - 84) y Concert del Colegio de Ingenieros (1985).
 

Edgar Velandria, María Santos Stella y Cesar Peñaloza en el Ateneo del Táchira.

Cofundo junto a la profesora Rene Gamboa y otros artistas el destacado Grupo Tachirense de narrativa oral AGUAMIEL del que fue coordinador musical, vocalista, cuenta cuentos, declamador y actor durante más de trece años. Forma parte del Grupo Humorístico Paledonia. También es integrante del desaparecido Taller Literario Zaranda coordinado por el poeta Antonio Mora.


Don Antonio de Mora, poeta y filósofo chacaro.
(Fotp Ana Berta López)

Es miembro de la Asociación de Escritores del Táchira; Asociación de Músicos y Artistas del Táchira; y Sociedad Salón de Lectura "Ateneo del Táchira". Es coordinador  de cultura y deportes en el Instituto Universitario de la frontera. En la actualidad sigue escribiendo, cantando y dirige un programa de de Radio en la Emisora Radio Cultural del Táchira.


Cesar Peñaloza, baluarte tachirense

lunes, 13 de septiembre de 2010

OTROS FRAGMENTOS DE LA HISTORIA DEL APELLIDO PULIDO EN fred@desposorio.org



Pulido
Escriben algunos tratadistas que este linaje procede de las montanas de Burgos, dato tan escueto y ambiguo que en nada ayuda para conocer su arranque y el pueblo o comarca en que su primitivo solar radico. Montanas de Burgos eran tambien antiguamente las de la provincia de Santander (Cantabria), y es de notar que en las obras y documentos referentes a este apellido que hemos examinado, no aparece como originario de la provincia de Burgos ni de la de Cantabria.

El apellido Pulido en un principio tuvo varias formas de escribirse, entre ellas se destacaron los siguientes:

Polido, Polidoro, Pulido, Pulir, y otros mas.

Polido

El apellido Polido es de origen italiano. Su escudo de armas trae, "En campo de oro tres fajas de gules". En el jefe, un leon rampante, de gules". La historia de la familia Polido se inicia con su llegada a America principlamente a los Estados Unidos de America procedentes de Italia.
Se dice que una rama de quienes poseyeron El apellido Polido se trasladaron a Espana transformandose en el apellido "Pulido" cuyo origen se entronca con los Fernandez, habiendo habido un personaje que llamaron "el Polido" y despues "Pulido", por haber sido un muy galan y esforzado caballero en las guerras y conquistas de San Esteban de Gomaz (en la villa de la provincia de Soria).

Polidoro

EL APELLIDO POLI

El apellido Poli es de origen Italiano. Trae escudo de armas

EL APELLIDO DORO

El apellido "Doro" es procedente de Escocia. Las constantes traducciones inexactas de los nombres escoceses del Gaelico al Ingles y viceversa ha resultado en una amplia variedad del apellido de: Doro a Darroch, a Darrow, Darrach, Daroch, Darach, Darragh, Darrogh, Darrioch, Darraugh, Darrough y muchos otros.

Trae escudo de armas.

Este apellido aparecio primero en Stirlingshire, un Condado antiguo de la Escocia central.

La emigracion y manifiesto de la relacion de pasajeros de la embarcacion hacia Norteamerica indica de algunos de los personajes que llevaban el apellido "Doro": Anne Darrow que se establecio en Virginia en 1652, Jane Darrow que llego a los Barbados en 1660. T. Darrow que llego a California en 1850, George Darrow que se establecio en Nueva Jersey en 1720.

El Cronista y Rey de Armas, D. Jose Alfonso de Guerra, es mas explicito en una certificacion de blasones que expidio a un miembro del linaje Pulido, y en la que se lee lo siguiente sobre el arranque de esta familia: "El apellido "Polido" o "Pulido" "es procedido de una rama troncal que fue la de Fernandez, que llamaron "el Polido" y despues "Pulido", por ser muy galan y esforzado caballero en las guerras, como lo demostro en la conquista de San Esteban de Gomaz (villa de la provincia de Soria) y de la villa de Roda de Eresma, de la provincia de Segovia y otras de Castilla la Vieja, y sirviendo continuamente a los senores Reyes de Leon.

"Y se ha de advertir que por esta toma de la villa de Roda quedaron algunos de los de este linaje con el apellido de Roda, y otros le anadieron el de Pulido, como manifiesta en la genealogia de D. Juan de Roda y Pulido, el cual tiene probada su nobleza, limpieza e hidalguia de sangre en posesion y propiedad en esta villa de Madrid, como consta en el libro de elecciones que esta en su Ayuntamiento, donde parece que entro en la suerte de Alcalde de la Santa Hermandad, la Mesia, Fiel y otros empleos que Madrid elige en sus caballeros vecinos, cuyas informaciones, papeles, sumarios y genealogias tiene en su poder D. Juan Prast, Caballero de la Orden de Santiago, Regidor perpetuo de esta villa, cuyas casas y mayorazgo estan cerca del convento de la Merced, Calzada de esta corte."

Tomado de: http://pages.prodigy.net/freddy03/_wsn/page5.html#INVESTIGACION

APELLIDO PULIDO EN ESPAÑA AÑO 2014


PULIDO


En España : 9 839 personas comparten el apellido Pulido según nuestras estimaciones

El apellido Pulido es el 474° apellido más común en España.

Reparto por provincia

El 5 % de los españoles que se apellidan Pulido viven en Cádiz­.

Datos por provincia

Cádiz: Pulido es el 123° apellido 1 200 pers.

Cáceres: Pulido es el 152° apellido 510 pers.

Madrid: Pulido es el 332° apellido 3 068 pers.

Barcelona: Pulido es el 351° apellido 2 232 pers.

Baleares: Pulido es el 530° apellido 530 pers.

Las Palmas: Pulido es el 1 024° apellido 346 pers.

Sevilla: Pulido es el 1 897° apellido 358 pers.

EL CODIGO DE DON RAFAEL ÁNGEL CONTRERAS FRANCISCONI

Por: José Lubin Pulido Chaparro


Lubin Pulido es un escritor que no reconoce serlo. Lleva toda una vida profundizando en dos grandes temas: La vida de su familia y la historia local de San José de Bolívar. Ha investigado cientos de relatos guiado por una misteriosa “Fuerza”, ha recorrido el municipio y el Táchira, estudiando y relatando de forma amena e interesante sus memorias. He aquí para Riobobense otro de sus escritos.

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¡Por qué escribir a Don Rafael Ángel Contreras Francisconi? Sencillo, por que sí, si no acompáñenme en su historia.


El fotógrafo y periodista Cruz Ramón Sánchez "El Pulga" con Don Segundo Pulido,
Don Rómulo Romero, Don Rafael Ángel Contreras Francisconi y Don Roque Labrador  

Don Rafael Ángel nace en el caserío Mesa Grande, aldea Los Paujiles, el 23 de noviembre de 1907. Sus padres fueron los distinguidos esposos: Don Gregorio Contreras Méndez y Doña Guadalupe Francisconi Noguera. Cabe señalar que los esposos Contreras Francisconi eran hijos de dos cofundadores de la Parroquia San José de Bolívar, aquel 15 de febrero de 1883: Don Rafael Contreras Duque y Don Miguel Franchesconi.

Don Gregorio y Doña Guadalupe, moldearon en su niñez y adolescencia a su hijo en las labores del campo y en una sólida fe católica que ellos profesaron. Desde muy temprana edad se destaca en la comunidad por su inteligencia y por su amor al campo sorprendiendo con sus ideas en los trabajos de la faena rural. En su juventud se incorpora a la vida pública, trabaja de caporal en la carretera que se construía desde el Zumbador a Queniquea, terminada en 1937. En varias oportunidades y periodos fue Prefecto Civil en nuestro municipio por los años: 1939-1945, 1951-1953, 1957-1958, y en los municipios Sucre y José María Vargas, cargo que ejerció con criterio civilista. Contrae matrimonio con la distinguida Dama Señorita Enma Mora de cuyo matrimonio son sus hijos: Guadalupe, Rafael, Ángel y Antonio.

Entre otras virtudes fue su comprobada honestidad, la cual supo propagar. Le visite en el lecho de enfermo con dos de mis hermanas y nos comunico: “Somos de la familia, nuestra familia ha sido honesta, yo he sido un hombre honesto, lo más bonito de la vida es ser honesto”.


Preocupado por el campo que tanto amó, estuvo pendiente de las nuevas tecnologías, introdujo en nuestro Municipio: Cabras lecheras de la raza Alpina, conejos de varias razas, gallinas ponedoras de la raza Plimouth, cruzó unas de sus yeguas con la raza árabe para mejorar la cría caballar, trajo razas mejoradas de cerdos. Fue el primero que en nuestro poblado uso alimento concentrado para animales. En conjunto con Don Víctor Pulido trajeron de Mérida en el año 1945 las truchas que introdujeron en los ríos: San Antonio (Queniquea), Río Bobo y San Antonio, Quebradas: La Blanca, Los Pinos, La Cienaga, entre otras. En el año de 1954 lleva Don Rafael Ángel para La Feria de Exposición en Táriba una vaca criolla y concursa en producción lechera, obteniendo un segundo merecido lugar con 12 litros de leche; para la época considerada la vaca de excelente calidad. Recibe del Ministerio de Agricultura y Cría de premio un torete de la raza holstein importado de Estados Unidos , de la famosa ganadería Carnation. Al año siguiente concurre de nuevo a las ferias de Táriba y concursa con el torete holstein al que nombró Pepe, obteniendo el puesto de reservado Gran Campeón. Por esta distinción el Ministerio de Agricultura y Cría da como premio una hermosa novilla holstein también importada de los Estados Unidos. Con este par de ejemplares se inicia la cría de la raza holstein en nuestra comunidad.

Don Rafael Ángel, presta el torete a los criadores, para cubrir sus vacas criollas con el deseo de propagar esta noble raza, que los productores de nuestro campo le llamaron “Foster”.


Con el devenir del tiempo se concreta la idea del desarrollo de la raza holstein en los valles de San José de Bolívar. El Licenciado Pedro Contreras Pulido se convierte en uno de los promotores. Se consiguen créditos para compra de animales y mejoras de pequeñas fincas. Con el apoyo de Corpoandes se inicia el programa de ganadería holstein, atendiendo al “Modelo Joque” que la Corporación ya había iniciado en la zona de Jají -Mérida, de una experiencia similar llevada a cabo en Costa Rica.

Es bueno recordar que el 25 de agosto de 1982, la Corporación de Los Andes a través de su Oficina de Asistencia Pecuaria invita para la inauguración de su sede en el poblado de San José de Bolívar para la asistencia técnica a los productores pecuarios que recién se iniciaban en el manejo de la raza holstein. Acto que comienza con palabras del Director Ejecutivo de Corpoandes: Ing. Agr. German Monzón, palabras del Director Ejecutivo Corpoandes - Táchira: Dr. Fabio Méndez Moncada y palabras del productor beneficiado del programa de ganadería de altura Sr. Miguel Ramírez.


Productores de la época sobresalen por su abnegada atención que prestan a sus animales, destacándose: Miguel Ramírez con algunas de sus vacas, una de 46 litros y otra que produjo 52 litros de leche diaria, Heriberto Rosales con vacas de 30 y 40 litros y la distinguida Dama: Doña Magdalena Vda. De Rosales, siempre consecuente con nuestra institución, con vacas de más de 20 litros de producción diaria. Han transcurrido 25 años de arduo y duro comienzo, pero hoy día los rioboberos nos sentimos orgullosos del prestigio, alcance y desarrollo que ha tenido la ganadería holstein en nuestro municipio, donde más del 90% del rebaño bovino municipal esta cruzado con esta noble raza. Damos gracias a la valentía, dedicación y entusiasmo de hombres como Don Rafael Ángel y todos los pioneros que le siguieron en esta quijotada, para que en la actualidad seamos criadores de esta famosa y noble raza holstein.

San José de Bolívar, Marzo del 2005.-

DON PEDRO PULIDO, ENTRE CABALLOS Y MUSICA LLANERA


Este noble personaje de la vida riobobera nace un 27 de abril de 1943, en la aldea Los Paujiles. Sus padres: José Antonio Pulido Chaparro y Flor de María Parra.
Desde muy pequeño fue un lazarillo, pues desempeño los diversos oficios, desde acompañar a Don Heriberto Rosales como colector en aquel primer autobús que llevaba la gente del pueblo a San Cristóbal y viceversa, tambien fue obrero de campo, cortador de caña, entre otros, que lo llevó con el tiempo al llano, allí aprendió las destrezas de la doma del caballo, las artes del herrar y del montar un buen caballo.
Desde chico siempre lleva consigo un sombrero, como le enseñó su padre, y este lo aprendió de su abuelo. Ver a Don Pedro sin sombrero, es no ver a Don Pedro, quien de manera popular entre sus amigos le conocen como “Pedro Garantía”.
En una ocasión viendo un programa de T. V. señaló una frase de Washington que le gustó y consideró se parecía a su vida: “Espero tener suficiente firmeza para conservar lo que considero el más envidiable de todos los títulos: El carácter del hombre honesto”.

UNA VIDA Y DOS MANDADOS: DON ATILIO ROA CONTRERAS

Por: José Lubin Pulido Chaparro


El fogón estaba encendido. La lámpara de kerosén, que colgaba del techo, proyectaba sobre la habitación un brillante resplandor. Afuera, llevaba lloviendo dos días. Allí nació este escrito a Don Atilio.
Don Atilio Roa Contreras nace en el caserío La Costa de esta población, el 21 de octubre de 1920. Sus padres fueron los distinguidos esposos: Don José Pascual Roa y Doña María Antonia Contreras. Su padre vino procedente de Lobatera a radicarse en esta comunidad de San José de Bolívar en busca de nuevos horizontes. Su profesión agricultor lo llevó a adquirir una pequeña finca que sería la morada de sus futuros descendientes. Su madre una noble mujer, dedicada a los deberes y obligaciones que caracterizó a las mujeres de aquella época, llena de vicisitudes de la Venezuela rural. Era descendiente en grado de nieta de Don Rafael Contreras Duque, uno de los fundadores del pueblo San José de Bolívar, aquel 15 de febrero de 1883. Estos distinguidos esposos fueron formados en la fe católica, que supieron transmitir a sus hijos; pero no sólo legaron esta noble virtud, además los orientaron en el trabajo agrícola, el amor por el campo como base fundamental para su precario desarrollo económico. El desarrollo de nuestro país estuvo basado en el campo, está y estará basado en el campo.
Transmitieron como deber fundamental: La palabra, cómo documento para cumplir sus obligaciones y promesas, pero sobre todo la honradez, que con el transcurrir del tiempo moldeó a Don Atilio un hombre probo, vertical y noble. Tuvo cuatro hermanos: Lucía, Virginia, Rosario y Francisco; con quienes compartió sus años de infancia y adolescencia: en sus quehaceres de la vida rural que los hizo hombres y mujeres aun siendo niños. Un 22 de octubre de 1947, un día después de su cumpleaños se desposa con la joven señorita Juana del Carmen Duque, quien fue conocida en su vida por Ramona. Nieta de otro de los fundadores de este poblado: Don Miguel Franchescony. Hija de Don José La Cruz Duque, honorable trabajador del campo y de Doña María Alejandra Pérez. Estos nuevos esposos siguen el ejemplo de sus padres, dedicados al trabajo del campo. Forman una hermosa y distinguida prole conformada por sus hijos: Cecilia, Rafael, Rita, Ana, Alicia, Heriberto, Gerardo, Mireya, Nelly y Gladis a quienes orientan y forman atendiendo a sus costumbres tradicionales: su fe católica y en los trabajos de campo: ordeñar las vacas, cuidar los becerros, aprontar la leña, alimentar y mudar de sitio a los cochinos, dar comida a los pavos y gallinas, sembrar pasto, coger café, aprontar la molida.
El trabajo cotidiano eran los juegos de infancia de estos niños laboriosos. A Doña Ramona y Don Atilio les preocupa el futuro de sus hijos, colocan a sus hijos mayores en la escuelita rural para que aprendan a leer y a escribir. Con sus escasos recursos que jamás despilfarraron y con ayuda de sus familiares los envían a Caracas para que continúen estudiando y así uno a uno, sus hijos se enrumban en nuevos derroteros.
Para Don Atilio su mayor satisfacción, orgullo y gloria fue ver a sus hijos graduados de profesores y a menudo repetía este hecho. En el tiempo que compartí familiarmente con él, hablamos de sus hazañas y labores del campo, recordaba los trabajos con bueyes: el arado para los sembradíos o en el tiro para la carga de madera y en las moliendas de caña, con peones muy trabajadores y nada exigentes y el buen puntal al fin del día.
Muchas veces me dijo: “Ese maicito que sembré en el solar si esta bueno, claro estuve pendiente del riego y del abono, la yuca esta de lo mejor tiene de diez a doce yucas por mata, es una bendición, gracias a Dios y a las benditas animas. Los becerros que compró Heriberto son pardo con cebú, muy buenos si Dios quiere salen para marzo del año entrante, Dios se los cuide. Mire mijito si va a capar el caballo la semana que viene es menguante, cápelo el viernes en la mañana y vera que no se hincha ni le caen los gusanos”.
Se emocionaba cuando alguien y sobre todo cuando algún familiar surgía en las faenas del campo: “El compadre Pedro Contreras es uno de los mayores productores de Los Paujiles, está sacando 300 litros de leche diarios, es una bendición, Dios le ayude y lo proteja. El compadre Pedro Duque se compró un finconon en El Nula, para allá se fue la mujer es muy trabajadora t está amañada, Dios lo proteja, están ordeñando 40 vacas, las benditas animas les cuide los animalitos”.
Así todo lo que le relacionaba y recordara su vida campesina le emocionaba y lo transmitía con agrado. En cada momento bendecía a sus hijos y rogaba a Dios que cuidara de sus nietos y bisnietos con fe ferviente. Su palabra un documento, parco y reflexivo en su hablar; alegre, jovial y espontáneo, la música de cuerda le emocionaba de manera enorme. Amigo de los amigos.
Con la muerte de Don Atilio y de muchos hombres y mujeres de este pueblo se van acabando algunas de nuestras costumbres: el uso del sombrero, el uso del palto, el “Don” y “Doña” que la comunidad ha sabido dar con esa sabiduría popular que les caracteriza, a quienes realmente lo han merecido; por sus méritos en el trabajo, la honradez, el respeto, la puntualidad, su personalidad demostrada a través de los años. En ese devenir del tiempo transcurrió su larga y venturosa vida, fue un hacedor de la historia de este municipio Francisco de Miranda.
Con la muerte de Don Atilio se va otro amigo verdadero de este pueblo, se va con él las palabras perdidas de nuestra historia que no se pudieron escribir, se va con él un pedacito de nuestro pueblo. Estas palabras, palabras y más palabras a la memoria de Don Atilio Roa Contreras.

“El hombre honesto nunca muere”.

viernes, 10 de septiembre de 2010

PALABRAS NACIDAS FRENTE AL RÍO BOBO DE SAN JOSÉ DE BOLíVAR

Por: José Antonio Pulido Zambrano


Tumba del abuelo José Antonio Pulido Chaparro

¿Cuando comencé a escribir sobre mi pueblo? Esa pregunta me la hacen a cada instante, la respuesta es sencilla: - Hace mucho, quizá al lado de la abuela, al lado de sus historias, ella encaminó mis pasos al mundo de las letras.
Al pasar de los años el encuentro con mi pariente José Lubin Pulido Chaparro revivió ese fuego interior de escribir la historia de mi pueblo, un fuego prometeico.
Esos pasos me llevaron a los lugares más distantes del Río Bobo. En esas andanzas un tanto quijotescas conocí a otra pieza fundamental de mi vida como escritor, el filosofo y poeta Elvidio Márquez, quien me enseñó que se ha de ser como las águilas, ser libres y sin rumbo fijo, ser dueños del cielo todo. Jamás ser como las serpientes que se arrastran y comen polvo.
Todo esto coadyudo en la inmersión de documentos, fotos, relatos, escritos, la oralidad, todo manifiesto o fuente de que beber sobre nuestra historia, oscura en sus orígenes, oscura como la noche en el principio de los tiempos del pueblo de las aguas, pueblo aguerrido y mítico de esos nativos que adoraron a Babú, princesa indígena, pueblo de las aguas, termino con el que bauticé al pueblo en un artículo publicado en el Diario La Nación.
En ese transitar empezaron a aparecer una variedad de elementos, entrevistas a los últimos Aedos de este valle, hermoso valle, Aedos eternos (Altagracia Peñaloza, Segundo Pulido, Apolinar Labrador, el Pbro. José (Pepe) Contreras Pulido, la Dra. María Mercedes Contreras Pulido, Pedro Pulido Parra, Domingo Márquez, Don Vicente Zambrano, entre otros), que con su saber nos orientaron con su experiencia y su amor por esta tierra.
Y de esa Odisea surgieron palabras, palabras y más palabras...

sábado, 4 de septiembre de 2010

LOLITA ROBLES DE MORA, UNA MUJER DE LEYENDA DEL TÁCHIRA

 José Antonio Pulido Zambrano
Presidente de la Peña Literaria Manuel Felipe Rugeles


María de Los Dolores Robles de Mora es el que aparece en el acta de bautismo, pero se le conoce como Lolita Robles de Mora.
Nace en el principado de Asturias (España), el 13 de mayo de 1938. El padre de Lolita Robles de Mora era maestro de escuela y su madre ayudaba en una fábrica de calzado de la familia paterna. La guerra civil española los obligó a huir de Asturias hasta Cádiz en el otro extremo de España, donde llega la familia con sus dos hijas. Allí el padre de Lolita Robles compra una granja y deja la profesión de maestro. La familia se dedica a criar gallinas, conejos, palomas y a la siembra de cultivos, pues España estaba pasando por una etapa histórica, el pueblo pasaba mucha hambre después de haber terminado la guerra. En su infancia – señala Lolita - quedo marcada su estadía en Cádiz.


Lolita Robles (8 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Esa aparente tranquilidad se ve interrumpida cuando un incendio devora bajo el manto de las llamas la granja, debido a esto y por la situación tan caótica por la que aún pasaba el país; el padre de Lolita Robles se enrumba a un exilio obligado en los años 50, a través de la amistad de un diplomático venezolano, es allí cuando decide emigrar a Venezuela y llega a un país de un aire nuevo, sin pensarlo dos veces empieza a trabajar para el Ministerio de Agricultura y Cría.


Lolita Robles (15 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Al año siguiente envía por sus dos hijas y su esposa. Estas atraviesan el Atlántico y al desembarcar a esa nueva tierra Lolita quedó prendada de su belleza y supo que aquella tierra la había estado esperando siempre, pero aquel día también sintió nostalgia de su viejo Cádiz. Luego tomará la decisión de nacionalizarse como venezolana en 1960.


Lolita Robles (19 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Ya en Venezuela, Lolita empieza a formarse, a leer con voracidad, a dedicarse a crear textos y en ese andar se casa con un hombre originario de las Islas Canarias, de cuya familia tendrá dos hijos.


Lolita Robles (20 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).


Matrimonio de Lolita Robles de Mora
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Lolita completa sus estudios de Bachillerato y Normal, se hace maestra de educación primaria urbana (1953), ejerce la docencia en el Instituto Católico Femenino. Maestra de Educación Primaria Urbana, Colegio Santa Rosa de Lima, La Grita. 1954. Luego en el Colegio Parroquial Monseñor Arias Blanco, en el Grupo Escolar Perpetuo Socorro (1959-1970).


Lolita Robles (Año 1966)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Luego estudia en la Universidad Católica Andrés Bello (Táchira) licenciándose en Letras en 1966, luego inicia otro estudio en el Pedagógico de Caracas, Profesora de Castellano, Literatura y Latín, en el Instituto del Mejoramiento Profesional del Magisterio (Caracas. 1974), donde obtiene el título de Pedagoga. También ejerce en el colegio Andrés Bello, INCE Comercio, en el Instituto Alberto Adriani (1970- 1974), profesora de Castellano, Literatura y Latín, Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio; y en el Ciclo Básico Gonzalo Méndez (1974-1975) y después de un accidente automovilístico deja la docencia, pero no el estudio y realiza una maestría en Literatura Latinoamericana y del Caribe, en la Universidad de los Andes(1993) donde presenta una estupenda tesis titulada Caminos de Leyendas: Tradición oral en el Táchira (1995). Su gran valor literario está en su íntegra constante al estudio y a la producción de literatura. Cursa: Temas actuales de la cultura literaria cubana, en la Universidad de las Villas Santa Clara (octubre de 1995).


Lolita Robles de Mora
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Desde mucho antes había ejercido la docencia. Como docente labora en casi todos los grados de educación básica, sobre todo en quinto y sexto. Así mismo ejerce funciones de coordinación de castellano, como por ejemplo en el Liceo “Gonzalo Méndez” en cuyo contexto trabajaba cuando sufrió el accidente automovilístico en el trayecto de Santa Bárbara de Barinas y el Táchira. “Un triple choque – comenta en su recuerdo Lolita – el carro se metió debajo de un camión y el otro carro que también venía cruzando la vía impactó contra nosotras, yo viajaba junto a mi amiga en su Mercedes, un carro de esos de lata fuerte, quizá eso nos salvo la vida". El accidente acaeció en 1975. Fue un fuerte golpe para Lolita. Sus dos hijos estaban pequeños. Ella siempre creyó que pronto se repondría y volvería al aula, pero el destino le tenía otro camino a Lolita, el de rescatar y perpetuar las Leyendas del Táchira, el libro más leído y querido de los niños de este estado andino. Lolita Robles de Mora Y desde ese día Lolita empezó una nueva batalla, pues era conocer el mundo de nuevo sin mirarlo, ella comenta que una tarde su padre le leyó un libro: “La revolución de la inteligencia”, y que esa lectura le marcó y le señaló que su vida aún no había terminado. En dos años aprendió Brailer. Y luego empezó un proyecto que hoy sigue cosechando, la compilación de la tradición oral y llevándola al papel, como si su mensaje fuese: “Lo escrito no se lo lleva ni el viento ni el olvido”.


Lolita Robles de Mora (Foto de José Antonio Pulido Zambrano)

Señala Lolita que una de las primeras leyenda que compiló se la contó el profesor Felipe Guerrero sobre “El Santo Cristo de La Grita” y otra leyenda fue la del “Toro Candela”. Estas dos leyendas le abrieron el camino hacia un mundo paralelo, el de los espantos y aparecidos.
Es a raíz de su accidente que Lolita Robles de Mora inicia su escritura a la nocturnidad, a aquellos seres que caminan en la noche, a los lugares encantados, a los milagros que nacen de los santos del pueblo, al encuentro de botijas y morocotas, al encuentro con el diablo, las brujas y otros seres que caminan en los lugares más distantes del Táchira. Para este nuevo proyecto de textos de Castellano y el de la compilación de relatos orales contó con el apoyo de su esposo, quién le compró equipos, y Lolita se convirtió en una radioaficionada, también comenzó a escribir libros de Castellano y Literatura para cada uno de los grados de bachillerato y sus textos se convierten en consulta obligada en todo el país.


José Antonio Pulido Zambrano y Lolita Robles de Mora

Cuenta con más de veinte publicaciones entre ellas: obras y estudios de Castellano y Literatura para Educación Media y Ciclo Diversificado; Leyendas del Táchira, tradición tachirense que publicó a través de los cuadernos del Grupo Parnacillo en 1993; obras sobre temática indígena que son mitos, costumbres y tradiciones en Venezuela; libros juveniles donde presenta veinte historias que habla de Leyendas de Venezuela, desde la aparición de la Virgen del Valle (1542) hasta la más reciente Virgen de Betania.
Esta artista a pesar de no ser tachirense toma como inspiración nuestro estado y no sólo le escribe a Táchira sino que también a Venezuela a la que aprende a valorar como si fuera su propio país. Con Lolita la leyenda vuelve a inundar la fantasía de finales del siglo XX. Es una de las escritoras de la actualidad venezolana que escribe sobre la nocturnidad y el horror de los espantos y aparecidos de Venezuela. Lolita ha dedicado gran parte de sus estudios e investigaciones a la Tradición oral en Venezuela, y especialmente la de nuestras culturas aborígenes y leyendas del Estado Táchira.
Lolita Robles de Mora cuenta en la actualidad con aproximadamente 86 obras escritas, divididas entre libros de texto de: Castellano y Literatura, lecturas para niños, mitos y leyendas, lecturas ecológicas y guiones cortos para Televisión. Entre sus obras publicadas tenemos:

• Leyendas del Táchira I, II, III y IV

• Leyendas y Mitos Aborígenes de Venezuela

• Leyendas de Venezuela

• Leyendas de Espantos y Aparecidos

• Caminos de Leyendas: Tradición Oral en el Táchira

• Leyendas de la Ciudad de San Cristóbal

• Mitos y Leyendas de Venezuela

• Los Barí, Habitantes de la Serranía

• Carrao y Mayalito, Tradición del Estado Apure

• Los Wayúu, Caminos de la Guajira

• Pompas de Jabón (Literatura infantil).

• Caminos de la montaña.

• Caminos de Las Palmeras.

• Carrao y Mayalito.

• Cuentos de animales exóticos.

• El oso frontino.

• Gallito de las rocas.

• Mensajero del sol.

• El juego de las nutrias.

• El tucán solitario.

• Delfín rosado vuelve a casa.

• La cola del oso hormiguero.

• El venado encantado.

• El jaguar solitario.

• El concierto del Turpial.

• La casa de Martín Pescador.

• El pájaro carpintero.

• El señor de la selva.

Ha publicado también en periódicos y revistas. Miembro de la Peña Literaria Zaranda. Miembro de la Peña Literaria Manuel Felipe Rugeles. De 1991 a 2004 vice-presidenta de la Asociación de Escritores del Táchira y vice-presidenta del Encuentro Colombo-Venezolano de Escritores. Fundadora y Presidente de 1997 a 2004 del Fondo Editorial Tontuna y bajo su dirección se publicaron 27 libros en su mayoría de autores tachirenses.
Todos los textos de Lolita han sido escritos por sus manos. Hoy señala que esta aprendiendo a usar el computador, pero que aún sigue pasando sus relatos en una Maquina de Escribir, con una persona que le lee para que ella escriba y luego se hacen las correcciones. Sólo en un texto ha realizado autobiografía como ella señala, en un cuento intitulado "Destellos azules", donde se relata como ella recobraba la vista en un amanecer.
En su biblioteca borgiana, hecha de laberintos y leyendas esta el objeto con el que ha escrito todos sus textos, cubierta con una manto de semicuero, se trata de su máquina de escribir. Así mismo otra serie de textos inéditos que reposan para en un futuro ser publicados. Heredó de su padre la profesión de maestra y nunca ha dejado de serlo. Es una de las más prolíficas escritoras del país, superando los 80 textos de su creación, algunos inéditos, sin contar esos muchos que aún tiene proyectados construir desde su antigua máquina de escribir. La prof. Ruth Oliver del Liceo Gonzalo Méndez le preguntó en esta entrevista que si nunca había tenido ese acercamiento con algún ser de los que describe en su narrativa y ella señala que no, que todas "esas experiencias las ha tomado de los que les ha pasado a otros en noches y lugares inciertos”.

PÁRAMO LA CIMARRONERA CON SABOR A CHOCOLATE

Por: José Antonio Pulido Zambrano

En 1996, en esa fiebre de la fotografía (que aún la tengo), empece a armar un archivo audiovisual de mi pueblo que hoy día me ha permitido reconstruir la historia desde la imagen. En esos andares quijotescos de la fotografía, una amiga en San Cristóbal que poseía una fabrica de Chocolates, y que le encantaba ir a San José de Bolívar me solicitó varias fotografías para sacar las cajas de sus chocolates con imágenes del pueblo, como una forma de realizar y promover el turismo del poblado.
De ese hermoso proyecto sólo se logró consolidar una imagen de la laguna La Piedra de nuestra amada Cimarronera, ayer buscando datos para un nuevo artículo encontré en mi archivo esa imagen, que quiero rescatar para nuestro blog y para que los rioboberos puedan ver como por instantes, La Cimarronera tuvo un sabor a chocolate.


viernes, 3 de septiembre de 2010

ENTRE PUTAS Y ESPANTOS EN SAN JOSÉ DE BOLíVAR

Por: José Antonio Pulido Zambrano


- En San José de Bolívar y Queniquea no llegó la calle 1 - me decía tiempo atrás un viejito de los de mi pueblo, y en sus palabras sentí sarcasmo pero también nostalgia. El lector dirá que el pueblo tiene la calle 1 donde esta el Cementerio. Pero el viejito se refería al decir "calle 1" otra connotación a su frase.
La calle uno en otros pueblos del Táchira, era la calle de las meretrices, la calle prohibida a donde no podían ir los niños y eran llevados los jóvenes para hacerse hombres y entrar al ritual de los amores. La calle uno era el lugar para comprar los amores, era la calle donde el aire olía a aguardiente y tabaco.
A La Grita, Pregonero, Lobatera, El Cobre y Seboruco, de las conversaciones hechas por mi cuenta, si llegaron las "mujeres alegres" como las llamaba el abuelo. Al pueblo de San José de Bolívar por la lejanía y quizá por el extremo de la religiosidad, no permitió que las prostitutas llegaran al Río Bobo.
Alguien me decía días atrás, que una ferias, el señor Pascual Escalante había traído un Mabil y lo había instalado en la calle 4, donde hoy queda la Carnicería "Toro Negro", se diferenciaba porque a la entrada había un bombillo rojo, y adentro los que lo visitaron cuentan que habían tres o cuatro mujeres de Colombia, pero a lo máximo duro tres días, pues llegaron a los oídos de Pascual cosas malas, y este prefirió acabar con ese negocio, antes que nada, lo único que le quedo fue una Rockola, que la instalo luego en una Licorería que montó en "El Topón".
Eso si, los más viejos señalaban a una o dos mujeres del pueblo que jugaban con los favores sexuales de los grandes señores, y de allí que hubiese un alto porcentaje de hijos naturales o bastardos como lo nombraba Don Fulano de tal. Al leer el libro "Memorias de mis putas Tristes" de nuestro amado Gabriel García Márquez, observé que era el único libro que no se podía aplicar a nuestro pueblo, pues la calle alegre, la calle de las putas nunca llegó al poblado.
Ahora, al empezar a adentrarnos en el tema de la sexualidad en el pueblo, tema Tabú aún a estas alturas, pero que en las voces bajas se acostumbra a señalar u hablar de esto. Quizá por ello las infidelidades se daban de noche y los amantes se cubrían con las máscaras de los espantos para poder ver así al amado, que por circunstancias de clases o porque "Hasta que la muerte los separe" mantenía unidos a muchos matrimonios pero sólo por apariencias. De allí que observemos padres que tienen dos o tres hijos en mujeres distintas.
De allí que en los años cincuenta al pueblo lo empezara a asolar un espanto, con los días se llegó a la conclusión que era el diablo, quienes lo lograron ver decían que era un hombre muy alto, con una gran capa y un gran sombrero, nunca mostraba su rostro, el camino des espanto era desde la plaza hasta el Topón, el sacerdote en sus homilías decía que el diablo había bajado al pueblo porque existían hombres que no respetaban el matrimonio.
Resulta que el dicho espanto era un gran "Don" del pueblo, incluso pertenecía a la sociedad "Caballeros del Santísimo Sacramento", que visitaba a una viuda en el sector del Topón. Llego a tanto el miedo que otros decían que era "El Silbon", y el "Don" se reía a carcajadas, pues nadie se atrevía a salir de noche al pueblo por miedo al espanto.
Este mismo "Don"uso la misma estrategia para visitar a otra amante en una aldea lejana, y así fue como un extraño jinete, todo de negro empezó a aterrorizar la comarca. Un día el "Don Fulano" enfermó, y la mujer de la aldea sin saber de su amante empezó a deambular en las noches frente a la casa del mismo, al otro día el cuento era: - "Anoche, anoche la vieron, dicen que era la Llorona, pegaba unos gritos alrededor de la plaza, esa era la llorona".
A los días sucedió el terremoto del año 1957, y los espantos no volvieron a salir, pero continuaron de eso estoy seguro muchos amantes prohibidos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA LEPRA Y SU RELACIÓN CON LA HISTORIA DE LOBATERA

José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de Historia del Táchira

Días atrás mi madre me señalaba que algún día le gustaría visitar la tumba de la abuela Leocadia Sánchez de Vivas. Yo le pregunte el por qué? Ella me dijo que la lectura del libro que yo le había dado a leer le había impactado. No lo podía negar, a mí tambien la lectura de esa historia me había llegado al alma. La historia en si esta como un primer Prólogo del libro ¡Gómez Único! de Ramón González Escorihuela. Pero a mi madre y a mí no sólo nos había cautivado la historia, al primo Ramón Márquez tambien, los tres coíncidiamos en la buena pluma de Jesús Alfonso Vivas Terán.
El lunes pasado, aprovechando que Ramón Márquez había venido de Mérida, le invite a que nos fueramos a buscar la tumba de la abuela Leocadia, y en efecto a ella llegamos.


Tumba de los Vivas Teran en Lobatera

La historia de Leocadia Sánchez es muy triste, pero posee esa atmosfera que hace de quien padece una enfermedad una feroina. La narración explica como Doña Leocadia empezo a sentir salpullidos y enrojecimientos en su piel, pero no le presto atención, más cuando estaba esperando a un nuevo hijo. Ella sentía molestias en la piel y le dolía pero no decía nada a su esposo Abdón Vivas Casanova.
LLegó el día del alumbramiento, y vino al mundo un varón al cual bautizaron Ezequiel, a Leocadia como era constumbre en la época debío durar 45 días de dieta en total oscuridad, sólo una rendija de luz debía ingresar a la habitación de la recien parida.
El día que Leocadía terminaba su dieta sucedio la desgracia, pero dejemos que sea el mismo Jesús Vivas Terán quién narre el episodio:

"Aquel día de alegría y de fiesta se trastocó en horror, cuando a la claridad de la luz del sol la abuela Leocadia mostró en su piel manchas blancas y algo hundidas, desde la cabeza a los pies. ¡Todos quedaron abismados! En sus caras se reflejaba el espanto de aquella aparición: ¡LEPRA! La noticia se regó como pólvora en el pueblo! De inmediato, Abdón, el esposo convirtió su casa de Lobatera en un convento de enclaustrados".

Desde ese día la casa se dividió en dos y la abuela Leocadia vivió en la parte de atrás, alejada de sus hijos y esposo, y sólo por una pequeña rendija se le llevaba alimentos. Este aislamiento duro 17 años, consumida "por el dolor y la enfermedad". La puerta del Solar se convirtió en la frontera prohibida para aquellos hijos que no podían acercarse a la madre enferma. "Ni una palabra, ni un contacto. Luego, el cerrojo, la soledad y la agonía".
Jesús Vivas Terán llama a esta primera estadía "el primer sepulcro de la abuela Leocadia, se despidió para siempre de sus hijos y del amado esposo, quedando aquellos huérfanos aunque su madre viva y este viudo teniendo esposa que no había muerto".
Una madrugada, años después la abuela Leocadia fue apartada del pueblo a un lugar llamado el "Cerro de la Cruz", que está frente al actual cementerio de Lobatera. Allí se acostumbraba a dejar la comida sobre un promontorio de piedras la comida a los enfermos que la recogían de noche.
La abuela Leocadia murió en el año de 1882, en la extrema soledad y quiza por ello en el marmol de la piedra que cubre sus restos dice: "A LA MADRE ADORABLE SANTIFICADA EN EL DOLOR.

  

Tumba de la Abuela Leocadia


Tumba del Dr. Ezequiel Vivas
quien fuese el primer político tachirense que tuviera influencia en Juan Vicente Gómez.



Dr. Ezequiel Vivas Sánchez


Tumba de Abdón Vivas

Por su parte la población de Lobatera es una comarca con una variada e interesantisima historia, eso se siente al leer los libros del Dr. Castillo Lara y el número 108 de la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses intitulado  Lobatera: Tiempos históricos en una tierra de pioneros, del historiador Samir Sánchez. En estos libros se puede acceder a conocimientos locales de esta comunidad que van más allá de 1662, año en que el capitan español Antonio de los Ríos Ximeno, llegaría a dicho poblado para colocar una piedra fundacional. Ya en 1593 aparece en la historia el nombre de Don Pedro de Torres Vera con un título de propiedad de estas tierras. Es decir, al llegar Ríos Ximeno a estas tierras, ya en dicha comarca estaban asentados habitantes, españoles e indios, dedicados a la agricultura y la cría de ganados.
En una crónica de los años noventa Humberto Boscan expresa que. "Lobatera es un pueblo un poco triste. Primero y fundamental porque los temblores pareciera que le hubiese quitado un poco de a legría a sus habitantes", yo agregaría, y la lepra a finales del siglo XIX.
Y como constatar lo antiguo de Lobatera, por las arrugas de nuestros abuelos campesinos, no. La respuesta esta en el mismo cementerio de la población, hacia donde me dirigí a buscar la tumba de la Abuela Leocadia, una tumba que permitió escribir una crónica intitulada "El amor en los tiempos de la lepra".
Al fondo del cementerio nos llamó la atención una serie de tumbas, muy antiguas, que sustentan lo dicho por el cronista Sánchez, nuestros pueblos son tan antiguos a la llegada del español a estas tierras.
Anexo a continuación una serie de fotografias de las tumbas halladas en Lobatera, para futuros estudios:


Restos humanos


Observase la construcción circular en ladrillos 
y la manera de ir colocando las piedras.


Parte de atrás de otra de las tumbas que aún mantiene su estado natural a diferencia de otras, en frente esta el "Cerro de la Cruz" donde pernocto la abuela Leocadia los últimos días de su vida.


Criptas donde eran colocados los cuerpos.


Otra forma de realizar las tumbas antiguas con ladrillos y lajas.


Frontis de una de las tumbas.



Observese lsa construcción y estructura de las criptas, piedra, laja, ladrillo, barro, todo un trabajo para el ritual de estas tumbas del siglo XVII.


Frontis de otra de las tumbas con características griegas.


Lados laterales de una de las tumbas.


Osamenta humana en las tumbas antiguas de Lobatera.


El mundo de los muertos en total abandono.
  

El escritor José Antonio Pulido Zambrano 
en el cementerio de Lobatera