sábado, 4 de septiembre de 2010

LOLITA ROBLES DE MORA, UNA MUJER DE LEYENDA DEL TÁCHIRA

 José Antonio Pulido Zambrano
Presidente de la Peña Literaria Manuel Felipe Rugeles


María de Los Dolores Robles de Mora es el que aparece en el acta de bautismo, pero se le conoce como Lolita Robles de Mora.
Nace en el principado de Asturias (España), el 13 de mayo de 1938. El padre de Lolita Robles de Mora era maestro de escuela y su madre ayudaba en una fábrica de calzado de la familia paterna. La guerra civil española los obligó a huir de Asturias hasta Cádiz en el otro extremo de España, donde llega la familia con sus dos hijas. Allí el padre de Lolita Robles compra una granja y deja la profesión de maestro. La familia se dedica a criar gallinas, conejos, palomas y a la siembra de cultivos, pues España estaba pasando por una etapa histórica, el pueblo pasaba mucha hambre después de haber terminado la guerra. En su infancia – señala Lolita - quedo marcada su estadía en Cádiz.


Lolita Robles (8 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Esa aparente tranquilidad se ve interrumpida cuando un incendio devora bajo el manto de las llamas la granja, debido a esto y por la situación tan caótica por la que aún pasaba el país; el padre de Lolita Robles se enrumba a un exilio obligado en los años 50, a través de la amistad de un diplomático venezolano, es allí cuando decide emigrar a Venezuela y llega a un país de un aire nuevo, sin pensarlo dos veces empieza a trabajar para el Ministerio de Agricultura y Cría.


Lolita Robles (15 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Al año siguiente envía por sus dos hijas y su esposa. Estas atraviesan el Atlántico y al desembarcar a esa nueva tierra Lolita quedó prendada de su belleza y supo que aquella tierra la había estado esperando siempre, pero aquel día también sintió nostalgia de su viejo Cádiz. Luego tomará la decisión de nacionalizarse como venezolana en 1960.


Lolita Robles (19 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Ya en Venezuela, Lolita empieza a formarse, a leer con voracidad, a dedicarse a crear textos y en ese andar se casa con un hombre originario de las Islas Canarias, de cuya familia tendrá dos hijos.


Lolita Robles (20 años)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).


Matrimonio de Lolita Robles de Mora
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Lolita completa sus estudios de Bachillerato y Normal, se hace maestra de educación primaria urbana (1953), ejerce la docencia en el Instituto Católico Femenino. Maestra de Educación Primaria Urbana, Colegio Santa Rosa de Lima, La Grita. 1954. Luego en el Colegio Parroquial Monseñor Arias Blanco, en el Grupo Escolar Perpetuo Socorro (1959-1970).


Lolita Robles (Año 1966)
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Luego estudia en la Universidad Católica Andrés Bello (Táchira) licenciándose en Letras en 1966, luego inicia otro estudio en el Pedagógico de Caracas, Profesora de Castellano, Literatura y Latín, en el Instituto del Mejoramiento Profesional del Magisterio (Caracas. 1974), donde obtiene el título de Pedagoga. También ejerce en el colegio Andrés Bello, INCE Comercio, en el Instituto Alberto Adriani (1970- 1974), profesora de Castellano, Literatura y Latín, Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio; y en el Ciclo Básico Gonzalo Méndez (1974-1975) y después de un accidente automovilístico deja la docencia, pero no el estudio y realiza una maestría en Literatura Latinoamericana y del Caribe, en la Universidad de los Andes(1993) donde presenta una estupenda tesis titulada Caminos de Leyendas: Tradición oral en el Táchira (1995). Su gran valor literario está en su íntegra constante al estudio y a la producción de literatura. Cursa: Temas actuales de la cultura literaria cubana, en la Universidad de las Villas Santa Clara (octubre de 1995).


Lolita Robles de Mora
(Archivo Biblioteca Publica Leonardo Ruíz Pineda).

Desde mucho antes había ejercido la docencia. Como docente labora en casi todos los grados de educación básica, sobre todo en quinto y sexto. Así mismo ejerce funciones de coordinación de castellano, como por ejemplo en el Liceo “Gonzalo Méndez” en cuyo contexto trabajaba cuando sufrió el accidente automovilístico en el trayecto de Santa Bárbara de Barinas y el Táchira. “Un triple choque – comenta en su recuerdo Lolita – el carro se metió debajo de un camión y el otro carro que también venía cruzando la vía impactó contra nosotras, yo viajaba junto a mi amiga en su Mercedes, un carro de esos de lata fuerte, quizá eso nos salvo la vida". El accidente acaeció en 1975. Fue un fuerte golpe para Lolita. Sus dos hijos estaban pequeños. Ella siempre creyó que pronto se repondría y volvería al aula, pero el destino le tenía otro camino a Lolita, el de rescatar y perpetuar las Leyendas del Táchira, el libro más leído y querido de los niños de este estado andino. Lolita Robles de Mora Y desde ese día Lolita empezó una nueva batalla, pues era conocer el mundo de nuevo sin mirarlo, ella comenta que una tarde su padre le leyó un libro: “La revolución de la inteligencia”, y que esa lectura le marcó y le señaló que su vida aún no había terminado. En dos años aprendió Brailer. Y luego empezó un proyecto que hoy sigue cosechando, la compilación de la tradición oral y llevándola al papel, como si su mensaje fuese: “Lo escrito no se lo lleva ni el viento ni el olvido”.


Lolita Robles de Mora (Foto de José Antonio Pulido Zambrano)

Señala Lolita que una de las primeras leyenda que compiló se la contó el profesor Felipe Guerrero sobre “El Santo Cristo de La Grita” y otra leyenda fue la del “Toro Candela”. Estas dos leyendas le abrieron el camino hacia un mundo paralelo, el de los espantos y aparecidos.
Es a raíz de su accidente que Lolita Robles de Mora inicia su escritura a la nocturnidad, a aquellos seres que caminan en la noche, a los lugares encantados, a los milagros que nacen de los santos del pueblo, al encuentro de botijas y morocotas, al encuentro con el diablo, las brujas y otros seres que caminan en los lugares más distantes del Táchira. Para este nuevo proyecto de textos de Castellano y el de la compilación de relatos orales contó con el apoyo de su esposo, quién le compró equipos, y Lolita se convirtió en una radioaficionada, también comenzó a escribir libros de Castellano y Literatura para cada uno de los grados de bachillerato y sus textos se convierten en consulta obligada en todo el país.


José Antonio Pulido Zambrano y Lolita Robles de Mora

Cuenta con más de veinte publicaciones entre ellas: obras y estudios de Castellano y Literatura para Educación Media y Ciclo Diversificado; Leyendas del Táchira, tradición tachirense que publicó a través de los cuadernos del Grupo Parnacillo en 1993; obras sobre temática indígena que son mitos, costumbres y tradiciones en Venezuela; libros juveniles donde presenta veinte historias que habla de Leyendas de Venezuela, desde la aparición de la Virgen del Valle (1542) hasta la más reciente Virgen de Betania.
Esta artista a pesar de no ser tachirense toma como inspiración nuestro estado y no sólo le escribe a Táchira sino que también a Venezuela a la que aprende a valorar como si fuera su propio país. Con Lolita la leyenda vuelve a inundar la fantasía de finales del siglo XX. Es una de las escritoras de la actualidad venezolana que escribe sobre la nocturnidad y el horror de los espantos y aparecidos de Venezuela. Lolita ha dedicado gran parte de sus estudios e investigaciones a la Tradición oral en Venezuela, y especialmente la de nuestras culturas aborígenes y leyendas del Estado Táchira.
Lolita Robles de Mora cuenta en la actualidad con aproximadamente 86 obras escritas, divididas entre libros de texto de: Castellano y Literatura, lecturas para niños, mitos y leyendas, lecturas ecológicas y guiones cortos para Televisión. Entre sus obras publicadas tenemos:

• Leyendas del Táchira I, II, III y IV

• Leyendas y Mitos Aborígenes de Venezuela

• Leyendas de Venezuela

• Leyendas de Espantos y Aparecidos

• Caminos de Leyendas: Tradición Oral en el Táchira

• Leyendas de la Ciudad de San Cristóbal

• Mitos y Leyendas de Venezuela

• Los Barí, Habitantes de la Serranía

• Carrao y Mayalito, Tradición del Estado Apure

• Los Wayúu, Caminos de la Guajira

• Pompas de Jabón (Literatura infantil).

• Caminos de la montaña.

• Caminos de Las Palmeras.

• Carrao y Mayalito.

• Cuentos de animales exóticos.

• El oso frontino.

• Gallito de las rocas.

• Mensajero del sol.

• El juego de las nutrias.

• El tucán solitario.

• Delfín rosado vuelve a casa.

• La cola del oso hormiguero.

• El venado encantado.

• El jaguar solitario.

• El concierto del Turpial.

• La casa de Martín Pescador.

• El pájaro carpintero.

• El señor de la selva.

Ha publicado también en periódicos y revistas. Miembro de la Peña Literaria Zaranda. Miembro de la Peña Literaria Manuel Felipe Rugeles. De 1991 a 2004 vice-presidenta de la Asociación de Escritores del Táchira y vice-presidenta del Encuentro Colombo-Venezolano de Escritores. Fundadora y Presidente de 1997 a 2004 del Fondo Editorial Tontuna y bajo su dirección se publicaron 27 libros en su mayoría de autores tachirenses.
Todos los textos de Lolita han sido escritos por sus manos. Hoy señala que esta aprendiendo a usar el computador, pero que aún sigue pasando sus relatos en una Maquina de Escribir, con una persona que le lee para que ella escriba y luego se hacen las correcciones. Sólo en un texto ha realizado autobiografía como ella señala, en un cuento intitulado "Destellos azules", donde se relata como ella recobraba la vista en un amanecer.
En su biblioteca borgiana, hecha de laberintos y leyendas esta el objeto con el que ha escrito todos sus textos, cubierta con una manto de semicuero, se trata de su máquina de escribir. Así mismo otra serie de textos inéditos que reposan para en un futuro ser publicados. Heredó de su padre la profesión de maestra y nunca ha dejado de serlo. Es una de las más prolíficas escritoras del país, superando los 80 textos de su creación, algunos inéditos, sin contar esos muchos que aún tiene proyectados construir desde su antigua máquina de escribir. La prof. Ruth Oliver del Liceo Gonzalo Méndez le preguntó en esta entrevista que si nunca había tenido ese acercamiento con algún ser de los que describe en su narrativa y ella señala que no, que todas "esas experiencias las ha tomado de los que les ha pasado a otros en noches y lugares inciertos”.