viernes, 10 de septiembre de 2010

PALABRAS NACIDAS FRENTE AL RÍO BOBO DE SAN JOSÉ DE BOLíVAR

Por: José Antonio Pulido Zambrano


Tumba del abuelo José Antonio Pulido Chaparro

¿Cuando comencé a escribir sobre mi pueblo? Esa pregunta me la hacen a cada instante, la respuesta es sencilla: - Hace mucho, quizá al lado de la abuela, al lado de sus historias, ella encaminó mis pasos al mundo de las letras.
Al pasar de los años el encuentro con mi pariente José Lubin Pulido Chaparro revivió ese fuego interior de escribir la historia de mi pueblo, un fuego prometeico.
Esos pasos me llevaron a los lugares más distantes del Río Bobo. En esas andanzas un tanto quijotescas conocí a otra pieza fundamental de mi vida como escritor, el filosofo y poeta Elvidio Márquez, quien me enseñó que se ha de ser como las águilas, ser libres y sin rumbo fijo, ser dueños del cielo todo. Jamás ser como las serpientes que se arrastran y comen polvo.
Todo esto coadyudo en la inmersión de documentos, fotos, relatos, escritos, la oralidad, todo manifiesto o fuente de que beber sobre nuestra historia, oscura en sus orígenes, oscura como la noche en el principio de los tiempos del pueblo de las aguas, pueblo aguerrido y mítico de esos nativos que adoraron a Babú, princesa indígena, pueblo de las aguas, termino con el que bauticé al pueblo en un artículo publicado en el Diario La Nación.
En ese transitar empezaron a aparecer una variedad de elementos, entrevistas a los últimos Aedos de este valle, hermoso valle, Aedos eternos (Altagracia Peñaloza, Segundo Pulido, Apolinar Labrador, el Pbro. José (Pepe) Contreras Pulido, la Dra. María Mercedes Contreras Pulido, Pedro Pulido Parra, Domingo Márquez, Don Vicente Zambrano, entre otros), que con su saber nos orientaron con su experiencia y su amor por esta tierra.
Y de esa Odisea surgieron palabras, palabras y más palabras...