Por: Sigrid Márquez Poleo
Portada del libro de Samir Sánchez
¿Quién
en su vida no le ha guardado respeto a los cementerios? ¿Cuántas historias
macabras tienen como escenario un camposanto? ¿Cuántas ciudades han forjado su historia
junto al lugar de enterramiento? ¿Cuánto temor arraigado por lo solemne de su
significado?... Desde las pirámides egipcias hasta un cementerio de algún
pueblito olvidado por la humanidad, todos conocemos lo que son, pero poco
sabemos de la riqueza cultural que guardan estos lugares.
El
Dr. Samir Sánchez, nos introduce en el mundo de la Arquitectura Funeraria,
apoyándose en anécdotas, relatos, documentos e imágenes que recolectó durante
su investigación y que juntas le permiten explicarnos a cabalidad y con un
lenguaje académico, pero de muy fácil comprensión, parte de la historia del Estado
Táchira y específicamente del Municipio Lobatera, pues es su pequeña necrópolis
el punto de referencia y figura principal de su estudio.
Al
ser un observador dedicado, desglosa cada uno de sus monumentos funerarios
antiguos más emblemáticos, de esta manera explica cómo este cementerio posee un
gran valor artístico y cultural, ya que en los dieciocho sepulcros estudiados hay
vestigios de opulencia y pobreza, adoración y abandono. Siendo esto tan
importante, pues en la historia de la humanidad siempre la muerte ha tenido un
sentido de final, de conclusión y muchas personas han deseado que su última
morada no pase desapercibida y aunque sea una cruz tallada sobre una lápida, un
ángel orante, un angelito, una cupa o un baldaquín, será lo que al final marque
la diferencia de su sepulcro al de los demás.
Es
así como el Dr. Sánchez, nos presenta su obra donde demuestra que en nuestros
pueblos y ciudades, los lugares de enterramiento no son solo para las leyendas
de ultratumba, si no, que son parte fundamental del patrimonio cultural y de la
idiosincrasia que nos hace quienes somos, pues allí yacen nuestros antepasados
y con ellos nuestro origen y razón de ser.
Quien
en su vida se haya permitido la labor de visitar con regularidad un cementerio,
después de leer esta excelente obra, verá con otros ojos cada sepulcro, y podrá
reconocer su estructura arquitectónica a simple vista.
Non omnis moriar multaque pars mei vitabit Libitinam (No
moriré del todo, una parte de mí evitará el olvido) Horacio.
Samir Sánchez y Sigrid Márquez Poleo