viernes, 30 de enero de 2015

COMBATE EN TONONÓ (HISTORIA TACHIRENSE)

*Por: Horacio Moreno


General Eleazar López Contreras

Ahora recordemos con el general Eleazar López Contreras en su libro: El Presidente Cipriano Castro, lo que sucedió en Tononó, en los días de la revolución restauradora:

" Luego de haber tomado un corto descanso y de incorporar los contingentes revolucionqarios procedentes de Táriba, Palmira y Caneyes, con los cuales elevó sus efectivos a 300, prosiguió la marcha el general Castro hacia San Cristóbal, para ir a situarse en La Popa de Zambrano y efectuar personalmente, en las márgenes del río Torbes, una exploración que le permitiera constatar el fracaso del movimiento revolucionario en la ciudad de San Cristóbal, donde se mantenía el centro de la defensa gubernamental bajo el mando del general Juan Pablo Peñaloza. Con claro criterio estratégico apreció la situación y resolvió batir separadamente los cuerpos con el que el adversario contaba en Rubio y en San Antonio, los cuales sin duda debían marchar en auxilio de la capital, y en consecuencia siguió el curso del camino que une la Popa de Zambrano con la Popa de los indios, para poder observar los movimientos de la plaza y acercarse a la vía Rubio-San Cristóbal, donde se proponía batir los destacamentos relacionados. Efectivamente, cerca de Tononó, cuando los cuerpos de observación anunciaron la proximidad del enemigo, se posesionó en sitio de emboscada y en corto, pero sangriento combate batió por completo las fuerzas procedentes de Rubio al mando del general Ramón Velasco, muerto en la acción. Alcanzando en parte el objetivo propósito del Comando, Castro, tan pronto como recorrió el campo de batalla y puso en manos de sus tropas las armas y material capturados, marchó en dirección a Rubio, y al mismo tiempo impartió órdenes a los contingentes concentrados en Los Capachos, para que secundaran su movimiento, tomando el camino de Capote, porque sin duda Sarría y Cuberos, al ver bloqueada la vía más corta de SAn Antonio y San Cristóbal, tratarían de unirse a las tropas de Velasco en Rubio - su cobertura - por ignorar que habían sido batidas en Tononó. La operación resultó frustrada, pero los mismos datos negativos le dieron la seguridad de haber escogido al enemigo el camino más largo creyendo alejarse del peligro de un golpe de manos del general Castro".


Batallón de Castro durante la revolución restauradora

Veamos otro relato de la batalla de Tononó dado por Humberto Díaz Brantes en el Albúm del Táchira (1929), que dice: 

"Al amanecer de este día 24 de mayo, el ejército invasor se encontró sobre los cerros que bordean a Capacho, bajando luego al pueblo, en medio de alegre bullicio y de regocijo que le tributaron sus habitantes, y después de organizarse y aumentar sus efectivos con numerosos voluntarios que allí enrolaron, avanzó por la tarde en marcha forzada hacia San Cristóbal, plaza en la que se encontraba el Ejército del Gobierno al mando del general Juan Pablo Peñaloza. El encuentro con esas fuerzas se produjo en el sitio llamado Tononó, en donde se libró la primera batalla, que fue, podría decirse, el bautismo de fuego de la cadena de triunfos que cosechó más tarde en todo el curso de su campaña memorable y heroica. En ese combate de Tononó, las fuerzas del Gobierno tuvo que lamentar las vidas de dos meritísimos jefes, el general Ramón Nonato Velasco, valiente militar hasta llegar a la temeridad y el coronel Antonio Pulgar. El Ejército Restaurador no tuvo perdida de Jefes. Declarado en derrota el Ejército del Gobierno, se atrincheró en la ciudad de San Cristóbal, regresando a Capacho el Ejercito Restaurador, a continuar organizando sus cuadros y efectivos".


Cipriano Castro

Dice el señor José Valery con respecto a la batalla de Tononó que "el día 24, tenía el general Castro unos 800 hombres, algunos armados, con los cuales principió a revolucionar, y ese mismo día se tropezó en Tononó con unos 200 hombres del Gobierno que iba de Rubio a San Cristóbal, a los que dispersó fácilmente, haciéndose más armas para organizar su gente, y después de haber estado en Rubio, se presentó en Táriba con unos 1800 hombres el día 26 del mismo mes, y aunque con pocas armas, resueltos a vencer". Así han comentado la batalla de Tononó. El genio del General Castro, al divisar al enemigo, nada mejor que ocultar en este lugar sus tropas entre los hierbasales del camino y sorprenderlas, si es posible en un breve descanso que ofrece esta pequeña planicie. La rapidez de la acción, hizo que las tropas restauradoras se batieran como fieras, llenos de valor luchaban cuerpo a cuerpo. Se caminaba entre cadáveres y heridos gritando desesperados. Luego el silencio de la muerte se transforma en sangre, dolor y lágrimas.
La estrategia del general Castro envolvió a sus hombres confiados en una fuerza telúrica de explosión. Había logrado consolidar en esta ruta su primer triunfo.
Tononó es el primer canto épico guerrero que coronó la arrolladora campaña del General Castro por los caminos de Venezuela. Tononó de inspiración indígena se vincula a un hecho histórico de verdadera trascendencia. La geografía que ocupa ofrece en su conformación un hermoso panorama, donde el hombre agricultor es un conquistador solitario entre el mundo indio y el mundo blanco.
Aquí, señala la historia que por esta ruta conquistadora pasó el tropel aborigen y luego en la marcha de ideales, el combate que lleva su nombre, guarda un legado espiritual que hizo sucumbir la fuerza que venía de Rubio en auxilio del General Peñaloza.
El acta por el cual tomó posesión del cargo de Jefe Civil y Militar de San Cristóbal el ciudadano Juan Pablo Peñaloza dice:

"En la ciudad de San Cristóbal, a los veintinueve días del mes de abril de 1893, presente en el Despacho de la Jefatura Civil y Militar de la Sección Táchira, el ciudadano Juan Pablo Peñaloza, nombrado Jefe Civil y Militar del Distrito San Cristóbal, por Decreto de esta fecha, manifestó su aceptación, prestó la promesa de Ley y quedó en posesión del destino y firma. Pedro Rojas. Antonio Darío Noguera (Secretario). Juan Pablo Peñaloza".

Esta batalla consolida políticamente al Táchira, crea y forja en un haz solidario de Estados soberanos, los veinte de la Unión, sustentados en la identidad geográfica y en las raíces históricas, regidos por los eternos postulados de la justicia y la democracia y unificados en el imperativo de su destino y su designio. Quisieron los hados venturosos que fuera el general Castro el que sacará al Táchira del aislamiento en que vivía y lo incorporara en el concierto de la vida nacional. Sus huestes restauradoras con el paso de vencedores enarbolan la bandera del valor desde Capacho el 23 de mayo, hasta Caracas el 22 de octubre de 1899. Aquí dio cuerpo la realidad y la correlación de sus fuerzas entre el complejo sociedad-pueblo y el elemento militar. Esta innovación requería de una parte, organización de servicios creativos, que cumplieran objetivos trascendentales, muy superiores a la simple problemática temporal y local.


El Ejército Liberal Restaurador se enfrentó a una triple explosión social y política. Estos tres factores combinados provocaron fuertes crisis, porque el líder estimuló esas capacidades. Su vigor y vigilancia permanente fue una adecuada muestra de su capacidad para la formación del elemento militar, por el cual pudo resolver sus problemas.
El resultado de esa guerra fue doloroso para el Táchira. Aun no se sabe el número exacto de víctimas. Sólo la piedad del coronel Luis Varela, presidente del estado Táchira hizo dictar un Decreto el 16 de julio de 1900, para ayudar a 77 inválidos. Sería un terrible espectáculo el que presentaban aquellos hombres destrozados por el furor de la guerra. Un silencio cargado de asombro invadiría a sus familiares al recibir ese contingente de inválidos, que vueltos a sus hogares, jamás podrían tomar parte de sus labores diarias.

LUIS VARELA
Primer Vice-Presidente en ejercicio
de la Presidencia Constitucional del Estado Táchira

"En conformidad con el Decreto Ejecutivo del 14 de mayo último que establece la renta de Inválidos del Táchira y para los efectos del pago,

DECRETA:
Art. 1.- Declaro oficial en cuadro siguiente que contiene la Nómina General de los Inválidos de la Restauración en el Táchira y los demás datos correspondientes al efecto.
Art. 2.- En lo sucesivo la Junta Administradora de la Renta de Inválidos se ceñirá a la lista contenida en el citado cuadro y no podrá ser modificada sino mediante Decreto Especial del Ejecutivo del Estado, cada vez que las necesidades así lo exigieren.
Art. 3.- El presente Decreto será publicado en la Gaceta del Estado y en la Idea Restauradora de esta ciudad y el cuadro sólo lo será en hoja de volante, debiendo ser distribuida en esta última forma, entre las Oficinas públicas del Táchira, con objeto de que sea fijado a permanencia en parte visible de ellas, para el mayor conocimiento de los interesados y del público en general.
Art. 4.- El Secretario General queda encargado de la ejecución del presente Decreto.
Art. 5.-Comuníquese y Publíquese.

Dado, firmado de mi mano y refrendado por el Secretario General en el Palacio de Gobierno de san Cristóbal, a 16 días del mes de julio de 1900. Años 66 de la Independencia y 48 de la Federación.
LUIS VARELA
Refrendado:
SAMUEL NIÑO.
Año V. San Cristóbal, 14 de septiembre de 1900. Nº 95. 
Gaceta Oficial del Estado Táchira.

Antes de terminar esta disertación voy a presentar los nombres de los tres inválidos de Tononó: 

PEDRO ANTONIO GONZÁLEZ ganaba Bs. 20. Herido por una bala de máuser. Amputación de la pierna derecha. Contrafractura del brazo y mano izquierda. Combatió en El Guapo a las ódenes del general Secundino Torres.

PEDRO MONSALVE ganaba Bs 20. Herido por bala de mauser. Fractura de la mano izquierda. Combatió en La Victoria a las órdenes del general Pedro María Cárdenas.

ANTONIO SALCEDO ganaba Bs 20. Herido por bala de máuser. Amputación de la pierna derecha. Combatió en San Cristóbal bajo las ódenes del general Andrés Amaya.

Cumplida la evocación de los sucesos en este sitio no deseamos que se repita ese pasado de olvido. Las generaciones futuras deben tener más información, cuando en el rodar del tiempo puedan como nosotros en este momento, suspender la marcha hacia el porvenir en un minuto de homenaje a quienes amasaron los anhelos restauradores en la alegría y en el dolor de su epopeya.