domingo, 23 de mayo de 2010

BANDOLEROS DEL PÁRAMO EN SAN JOSÉ DE BOLíVAR

Por: José Antonio Pulido Zambrano


Entre las crónicas oscuras de nuestro amado pueblo, existe la historia de una familia abrazada en el mundo del mal, nos referimos al clan de los Carolinos.
Este grupo familiar se asentó en el sector conocido como El Purgatorio en la aldea Los Paujiles, lugar cercano a la quebrada La Paujilera. Allí levantaron una casona aledaña a una peña que con el tiempo se curtió de musgo y humedad. Una especie de brea negra comenzó a corroer sus paredes de madera.



Los temibles forajidos rioboberos conocidos como Los Carolinos.-
(Imagen de la revista Riobobense).-

Los habitantes de la aldea a principios del siglo XX procuraban andar los caminos que conducían a la ciudad de La Grita en grupo y nadie se atrevía a andar aquellos contornos de manera solitaria.
En La Grita se lograron oír rumores de los asesinatos en serie que tenía esta familia a sus espaldas, pero veían esto como meros rumores de esos territorios lejanos más allá de El Portachuelo.
Mientras tanto los habitantes de San José de Bolívar veían con estupor y temor a aquella familia. 
La casa de los Carolinos, estuvo ubicada donde hoy esta el Ancianato de la aldea Los Paujiles así como otros hijos del ramo de esta familia en la finca del finado don Pablo Antoniano Carrero. Esta familia merodeaba a sus víctimas desde las rocas o pendientes de las laderas y muchas veces se escondían detrás de los muros de piedra o de los árboles para atacar como ruines bandoleros a quienes transitaban aquellas heredades.

Los Carolinos eran descenfientes directos de la familia de los Sánchez, que a mediados del siglo XIX se había instalado, provenientes de La Grita en la aldea Santa Filomena de Queniquea. En la aldea existe una quebrada llamada La Pesa (1), ubicada a unos cuantos metros más arriba de la Estación Truchicula, donde al parecer "mutilaban y descuartizaban a sus víctimas a hachazos y machetazos limpio"(2).



Los Carolinos asediaron a los habitantes de San José de Bolívar a principios del siglo XX.

Se dice que en las peñas aledañas al hoy Ancianato de la aldea existe un cementerio improvisado donde esta familia enterraría a aquellos desventurados viajeros que cayeron en sus garras.

Comentaban los abuelos que fueron muchos los comerciantes y reinosos que dejaron su último aliento en aquellas soledades, característica del páramo de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, pues este camino era obligatorio para el comercio establecido entre San José de Bolívar y La Grita, y era sitio idoneo para los maleantes ya que estos "turcos" como lo llamaban los aldeanos transportaban los productos de compra o venta en la zona, así como el dinero para la transacción de los mismos, que muchas veces consistían en bolsas llenas de morocotas. 



La Grita y Pamplona eran las ciudades que aprovisionaban a los habitantes de San José de Bolívar, en lo referente a artículos de primera necesidad se refería, entre ellos: Ropa, zapatos, medicinas, instrumentos y herramientas de trabajo, las semillas para la siembra, entre otros. 
Estos caleteros muchas veces también transportaban ganado por este camino a Pregonero, por lo que era común que buscaran de uno a dos arrieros de mulas, con varias mulas de carga, transportando alimentos o cualquier mercancía como hemos dicho. Los carolinos con revolver en mano y escondidos bajo el telón de los matorrales cometían sus atracos con impunidad, saltaban sobre los incautos y con masas en mano muchas veces lo golpeaban para hacerles perder el sentido. Luego procedían a desatar las cargas de las bestias, las cuales vendían de manera fraudulenta en las Ferias de Táriba. La mercancía robada era guardada en hoyos o "guacas" cerca de su casa en el sector El Purgatorio (3).



Los Carolinos, bandoleros de la montaña riobobera.-

Para deshacerse de los cuerpos, los Carolinos tenían varias modalidades, una de ellas ya se ha dicho era el desmembramiento del cuerpo y la distribución del mismo en el páramo de Los Noguera, hecho que realizaban en la quebrada La Pesa; otro era el de ya tener "huecos hechos para enterrar a las personas que mataban, esto en la peña de El Purgatorio, donde tenían su cementerio particular" (4).

Con los años, a la aldea empezar a poblarse, los Carolinos buscaron residencia en las cercanías del páramo, ya que se les empezaba a dificultar el cometer atracos decidiendo construir otra casa cerca de la quebrada que bautizaron como "La Pesa". En ese lugar recóndito cometieron los más grandes horrores y la sangre debió verterse en las aguas de aquella quebrada.
En los Archivos de la prefectura de San José de Bolívar se señala que "el bandido Pantaleón Sánchez Mora murió de un tiro de bala el 30 de octubre de 1895".

Otra hipótesis, es que con el tiempo crearon una Casa-Posada, donde viajeros inocentes decidían pasar la noche para no pasar el páramo de noche y allí la señora y matrona de los Carolinos les servía un tarro de café, luego de una cena suculenta el huésped le contaba quién era y hacía donde se dirigía, si los Carolinos veían que llevaba suficiente mercancía o morocotas para comprar, le invitaban un buen trago de miche endulzado con miel silvestre, en ese trago le colocaban toronjil lo que hacía que el visitante sintiera somnolencia o en otros casos, por el frío le daban un menjurge (5) de boldo con otras hierbas lo que le producía calambres y alucinaciones, lo que aprovechaban los Carolinos para cometer sus fechorías. 


NOTAS:


1 En San José de Bolívar el término "Pesa" hace referencia al lugar donde se hacen matanzas de ganado para la venta de carne. También se conoce entre los peseros como "Lugar de muerte".

2 Datos de don Vicente Zambrano.

3 Entrevista a don Pedro Pulido Parra.

4 Datos de Angela Contreras de Rosales.

5. Bebedizo.-