Don Bartolomé Moreno,
poeta popular de San José de Bolívar
(Foto: Archivo Fundación Pulido)
Don Bartolomé Moreno fue uno de esos personajes que marcan la historia de un pueblo, lleva el epíteto del "poeta del pueblo", el componía una serie de poemas a los cuales llamaba "Ensaladillas". Un hombre como don Bartolomé Moreno, nacido en estas tierras, en las cuales dejo una serie de legados de la cultura popular, un hombre que a todo le sacaba una poesía, una burla o una morisqueta, un Cervantes que se cultivó entre el arado, la recolección de café, el corte de caña, las molientas de trapiche, los cortes a charapo en los potreros, de todas estas actividades el extrajo un cantar popular. A continuación leeremos varias de sus ensaladillas rescatadas de la prodigiosa memoria de mi padre don Pedro Pulido Parra:
Pensaban los queniqueos
Pensaban los queniqueos
coger el triunfo en la mano,
y les gramaba la bala
como peliando don Cipriano
un callese a lo castellano.
El marina superior
el jefe se destierra
su corazón de dolor,
Abelardo se despide
del jefe más superior
vuelve y dice José Sánchez:
"Siendo de la misma unión,
si de esta escapo y no muero
a Dios le pido perdón.
Un Daniel el azabache
ese bate pabellón;
Santo Cristo de La Grita
que yo te daría un millón.
Librame de los rioboberos
en el momento mayor.
San Antonio del asilo,
dice el viejo Sabastián
librame de los rioboberos
que pican más que alacrán.
Virgen del Monte Carmelo,
alma de Ayesterán
Pío Sánchez toca tambor
ese da la retirada.
Tanto queniqueo que vino
y no salieron con nada;
se vinieron a topar
con los que no se "pandiaban".
Pior que la guerra europea
ahí sí la bala chirriaba.
Saludes a mi mujer
y amigas más estimadas.
Un tal Carmelo Zambrano
¡ah, gallito atravesao!
ese sabe regar la bala
a los que mascan paraos.
Y mataron a José Ernesto
que no tengan cuidao.
¡Riegue bala compañero,
los tenemos derrotaos!
Esto lo tenían hablao
los dos jefes principales.
Que matando a José Ernesto
quedaban de liberales.
Los Misioneros que llegaron a la capilla de Monte Carmelo
Salió gente de montaña
y toda la población
y nosotros un porción
porque nunca habíamos visto
ver un ministro de Cristo
oír y predicar un sermón.
Al duro de corazón
lágrimas los vi llorar
también los vi confesar
y recibir comunión.
Estando haciendo oración
todos juntos en el templo
se me vino un pensamiento
en lo que todo mundo observa
que no han de pasar cien años
sin que otro Ministro vuelva.
Así mi Dios lo reserva
y que le de más talento
el tuvo su pensamiento
pero si declaro,
que más ciruelo que yo
que ni me ser percinar
y también me hizo llorar.
Con la voz de esa garganta
siendo un ministro de Cristo
que vino de tierra santa
en la Virgen del Carmelo
fue donde se despidió
fue donde el mundo lloró
mil lágrimas de consuelo.
Y todo así siguieron
se acabo la devoción
ya no quieren alumbrar
la cruz de la misión.
Los Misioneros que llegaron a la capilla de Monte Carmelo
Salió gente de montaña
y toda la población
y nosotros un porción
porque nunca habíamos visto
ver un ministro de Cristo
oír y predicar un sermón.
Al duro de corazón
lágrimas los vi llorar
también los vi confesar
y recibir comunión.
Estando haciendo oración
todos juntos en el templo
se me vino un pensamiento
en lo que todo mundo observa
que no han de pasar cien años
sin que otro Ministro vuelva.
Así mi Dios lo reserva
y que le de más talento
el tuvo su pensamiento
pero si declaro,
que más ciruelo que yo
que ni me ser percinar
y también me hizo llorar.
Con la voz de esa garganta
siendo un ministro de Cristo
que vino de tierra santa
en la Virgen del Carmelo
fue donde se despidió
fue donde el mundo lloró
mil lágrimas de consuelo.
Y todo así siguieron
se acabo la devoción
ya no quieren alumbrar
la cruz de la misión.
Otro día en la aldea Los Paujiles, don Bartolomé Moreno le dijo este verso a uno de sus amigos que venía llegando para comenzar el jornal de aquel día:
Yo vi pasar a Jorungo
con el guitarrón terciao
con la sinfonía en la boca
y el sombrero de medio lao.
A ese mismo amigo le escribió este otro verso cuando se peleó por una mujer:
En el bordito del Batato
tuvieron un boro boro (pleito)
el patichueco de Jorungo
y el biscocha Isidoro.
El Novillo Borzalero
En 1901, 25 de febrero
nos puso en expectativa
un novillo borzalero,
todito el que es novelero
y aunque chupe es con razón
ahí me hicieron botar
por estar yo de mirón.
Pero habíamos un porción
todito el que botamos
si hasta roncito bebimos
que Agustín lo arecostamos.
Yo deseaba haber estado
cuando el novillo envestía
para ver pegado más brincos
que una pulga en tierra fría.
Mañana o este otro día
se escarrean estos matires:
No lo hechen pal´ Hiranzo.
Pero no se le olvide
yo en la laguneta vide
pero no recuerdo a quien
ocho días tenía el novillo
que no les daba cuartel
ahí mismito encontré a Ismael
que iba con Francisco el Gado,
de una vez quede alertado
y ellos mismos me dijeron
no se valla a olvidar
que el novillo es borzalero.
un novillo borzalero,
todito el que es novelero
y aunque chupe es con razón
ahí me hicieron botar
por estar yo de mirón.
Pero habíamos un porción
todito el que botamos
si hasta roncito bebimos
que Agustín lo arecostamos.
Yo deseaba haber estado
cuando el novillo envestía
para ver pegado más brincos
que una pulga en tierra fría.
Mañana o este otro día
se escarrean estos matires:
No lo hechen pal´ Hiranzo.
Pero no se le olvide
yo en la laguneta vide
pero no recuerdo a quien
ocho días tenía el novillo
que no les daba cuartel
ahí mismito encontré a Ismael
que iba con Francisco el Gado,
de una vez quede alertado
y ellos mismos me dijeron
no se valla a olvidar
que el novillo es borzalero.
De igual manera don Bartolomé Moreno le escribía a la parranda:
La parranda de Mandinga
Y nos fuimos escondidos
sin que supiera el Chiriguare
buscando amores prohibidos
si el Diablo no nos sale.
Matos es su ayudante
del Salao trae sus muchachos
y este Fabian Pulido
se ríe de sus cachos.
Convido a Francisco Gualí
y a todos lo más borrachos
a una fiesta en La Costa
pa´ tomarnos unos tristes tragos.
Allá nos agarró los extragos
el que va pa´ fiestas dice el padre Guerrero
chupa de estas, porque hemos dejado el trabajo
y meternos a parranderos y vagos.
Una de las anecdotas más singulares de Bartolo Moreno era su peculiar manera de saludar:
- ¿Cómo esta Bartolo?
Y él contestaba en verso:
- Con una teta al hombro
y con la otra juego bolo.
Un día que subía por las calles del pueblo, un policía que era un poco malicioso se le quedó mirando y al bulto que traía como maleta, don Bartolomé Moreno le dijo:
Que tanto me estas mirando
yo no vengo de codeo
yo no traigo contrabando
yo lo que cargo es guineo.
Don Pedro Pulido Parra quién con su memoria logramos rescatar la poesía de
Don Bartolomé Moreno.
En este mismo Blog fue publicado la más famosa de las Ensaladillas de don Bartolomé Moreno intitulada "Gracias a Romualdo Sánchez"