miércoles, 21 de abril de 2010

LA HISTORIA OCULTA DE SAN JOSÉ DE BOLÍVAR

Por Andriu Vivas


Parece que la historia de los pueblos no interesa, pero no es cierto, porque existen personas que resguardan la historia local. Hasta hace poco era impensable la presencia que la historia ha cobrado en un pueblo como San José de Bolívar, por la difusión que se ha dado en libros y revistas. 
La historia, en particular, de este pueblo es contada en las diferentes familias que fundaron este terruño (Franciscony, Pulido, Chaparro, Vivas, Peñaloza, Roa, Contreras, Guerrero, García, Moncada, Mora, Araque, Chacón, Pernía, Sanchez, Parra, Escalante, Jaimes, Caicedo, Zambrano, Rojas, entre otros), esto ocurrió según Moreno (1982: 92) el día 15 de febrero de 1883. Pero ese día no empieza la historia de esta comunidad.
La oralidad plantea que el lugar donde hoy reposa el municipio Francisco de Miranda, fue el asentamiento de una comunidad indígena llamada Babukena, que traduce: Lugar de las aguas. Asimismo, en las crónicas de Fray Pedro de Aguado (Folio II, 479 – 480) se explica como en un viaje un tanto difícil, Juan Maldonado llegó a este valle, pasando por el páramo El Zumbador, el 24 de mayo de 1561 y éste lo bautizaría: Valle del Espíritu Santo, allí existían dos pueblos indígenas llamados: Sunesua y Quenega.
Años más tarde en 1601 el Rey de España manda a poblar los pueblos indios, es así como Castillo Lara (1976: 156), señala que en el Valle del Espíritu Santo se mandó a crear una iglesia en el llano pasando el río Bobo, esta ley la dictó el juez Pedro de Sandez. Esta capilla fue construida con troncos de guamo y que luego en 1793 sería destruida. 
Por lo tanto, la idea de esta zona con el nombre de Valle del Espíritu Santo, se remonta a 1561, porque para fundar un pueblo en aquella época, se necesitaba la edificación de una iglesia.
Más adelante expresa Castillo Lara, en la obra citada, que entre 1635 y 1795 funcionó una hacienda para sembrar tabaco, primero administrada por los frailes dominicos y luego por el terrateniente doctor Antonio Bernabé Noguera.
En el año de 1795 – narra Moreno (1982: 88 – 89) - llegan los primeros habitantes al Valle del Espíritu Santo, ellos eran: Thomas Pulido (llega como baquero-mayordomo del doctor Antonio Bernabé Noguera), Eugenio Vivas, José Florentino Pulido, Juan Andrés Chacón, Feliciano Pulido, Josepp Joaquín Pulido y Rafael Ramírez, quienes fueron los primeros pioneros en asentarse a vivir en esta zona y plantearse fundar un pueblo. Esto se conocería como "primera fundación", en los años 1785 – 1817.
En 1808 llegó a Queniquea el padre Casimiro Mora, él dijo que la Capilla a construirse se haría en el sitio de Río Bobo (como llamaba el Dr. Antonio Bernabé Noguera a su Hato), con los años debió ser trasladada en 1817, para fundar Queniquea, y así quedaría en el olvido la capilla de Nuestra Señora del Rosario de Río Bobo.
De igual manera Pulido (2009: 13) expresa que “muchos años después los descendientes de aquellos primeros fundadores se dieron a la tarea de culminar el sueño de sus ancestros. El 15 de febrero de 1883, los vecinos de Río Bobo redactaron el acta de la segunda fundación”. Ese día, jueves 15 de febrero, nacería oficialmente San José de Bolívar, ese nombre dado ya que era el Centenario del nacimiento del Libertador. 
La Junta de la fundación quedó integrada por: Rafael Contreras Duque, Miguel Francisconi, Ramón de Jesús Pulido, Rafael Chaparro y el padre Fernando María Contreras. El acta fue transcrita por el joven José Gregorio Pulido Zambrano. Ya como todo pueblo a la usanza española, San José de Bolívar nacía con la construcción de la iglesia y la plaza.


Miguel Francisconi Puchini


Presbítero Fernando María Contreras Mora


Ramón de Jesús Pulido

A partir de aquel 15 de febrero ya no se usaría el nombre de Río Bobo, ni Valle del Espíritu Santo, tampoco Sunesua, menos Babukena. Esos nombres quedarían ocultos en la historia perdida de lo que hoy conocemos como San José de Bolívar, pero estos nombres siempre estuvieron presentes en la memoria y la oralidad de los abuelos.