domingo, 8 de agosto de 2010

LA SEÑORA DE LA LUZ



La Señora de la Luz está inspirada en una leyenda de la época de los montoneros. (Ocurre en el Estado de Táchira, en un pueblo encerrado entre lo que se llama las altas montañas, ese pueblo es San José de Bolívar) En una noche de neblina, chubascos y rayos, cruzó por el espacio un lucero luminoso, que fue a chocar contra la cima de un monte, un riobobero llamado Juan Romero que había seguido la trayectoria del lucero, corrió hasta donde se había estrellado aquella extraña luz y cuál sería su sorpresa al ver que en aquel lugar cerca de la quebrada el Topón se hallaba una recién nacida abandonada a su suerte. Juan - cuenta Eucaris Romero - recogió a aquella niña y la llevo a la casa del pueblo, su mujer la atendió y busco a una nodriza para que la amamantara. Pasaron los días y Juan, fue a Queniquea a contar al Padre Esteban Sánchez lo que había ocurrido, pues tenía miedo que lo acusaran de robo. Las murmuraciones no se hicieron esperar, dijeron que era una hija ilegitima de Juan, otros señalaban que era hija de un señor muy importante de la zona con una pobretona, unos fueron más lejos y dijeron que esta niña era producto del pecado del cura con una de sus feligreses y paren de contar.

El padre Sánchez decidió anunciar el hecho por si alguien sabía sobre los padres de la niña, no hubo respuesta y los comentarios crecieron, en vista de lo cual, la niña fue criada por Juan y su familia. Fue bautizada con el nombre de Irene y se dedicaba a las labores propias del hogar. Su belleza crecía en el tiempo como en fama. Pasó el tiempo y un día la paz de aquellas apacibles montañas se vio alterada por un tiroteó feroz, la gente del pueblo por las calles y por la plaza tratando de encontrarse sin encontrar donde. A raíz de los problemas de la guerrilla con el Estado, se había formado una liga de guerrilla contra Gómez y su pariente Eustoquio, y en 1920 el presidente del estado Eustoquio Gómez, procedió contra los rebeldes haciendo una persecución a los montoneros, principalmente en Pregonero, donde los del gobierno quemaron al pueblo, en donde este movimiento de montaña había alcanzado mayor fuerza de la mano de Juan Pablo Peñaloza. En San José de Bolívar habían matado al Jefe Civil Emiliano Contreras, y uno de estos montoneros de nombre Vicente había raptado a Irene.

Cuenta Eucaris que de pronto la puerta de su casa se vio abatida por un pelotón del ejercito que entro con furia destruyendo lo que tenía a su paso. Irene, resulto el blanco de aquellos hombres, que al verla quedaron prendida de su belleza. Uno la tomó en vilo y la saco del lugar y se la llevo, un soldado de nombre Vicente.

Lo que se sabe de Irene después es un misterio, señalan que al ser raptada se golpeo en la cabeza y duro inconsciente por muchos días y Vicente arrepentido por aquello se dio un tiro en la cabeza. Mientras Irene agonizaba en una fiebre incandescente, los montaneros relataban que la llevaron cerca de una quebrada y la dejaron allí a la diestra de Dios.

A los días su cuerpo fue encontrado por campesinos de la zona y llevada al cementerio de San José de Bolívar y enterrada en la tumba de la familia Romero Vivas. Aquella noche el pueblo observo un lucero incandescente que broto de la montaña del Topón al firmamento.

Con los años la tumba de Irene - para sorpresa de los habitantes de San José de Bolívar - estaba incorrupto, por lo cual se decidió volver a enterrar y volverlo a abrir a los quince años siguientes para llevar ese milagro a Roma. Por segunda vez la tumba fue abierta y el cadáver de Irene seguía igual, pero los vecinos muy creyentes volvieron a enterrar el cuerpo y la familia guardo mutismo sobre el caso.

Hoy es un relato en la voz de muchos abuelos, Eucaris y Candida señalaron, que su padre prohibió hablar de Irene, quién murió virgen en las manos de malhechores, como se refería Juan a los montoneros. Lo cierto es que después de su muerte muchas veces fue vista la figura de una mujer envuelta por una radiante luz a las orillas de la Quebrada del Topón. La ultima vez que fue contemplada fue en 1987 cuando apareció el cadáver de un niño recién nacido en aquel lugar