domingo, 31 de enero de 2010

LA PRIMERA FUNDACIÓN VALLE DEL ESPÍRITU SANTO (1785 - 1817)

*José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de la Historia del Táchira



San José de Bolívar - Año 1980 (Foto: Fundación Pulido).-

Hacía 1779, el movimiento comunero de los hermanos García de Hevia se asoma al Valle del Espíritu Santo en el sitio de Río Bobo, donde ya se habían asentado algunas fincas, en su mayoría pertenecientes a familias que vivían en la ciudad de La Grita, aunque la mayor parte de tierras de este valle funcionaba como una gran Hato de ganado vacuno por parte del doctor Antonio Bernabé Noguera, en este contexto se dan varios despojos de reces en el contexto histórico que vivía la región.
A principios de 1800, en este valle bañado por los ríos Bobo y San Antonio se empieza a fundar un poblado por una comunidad organizada que empezaba a poblar las margenes del valle, donde antiguamente como me he referido en otros escritos, había sido poblado por una raza indígena de nombre Babukena, una zona que ofrecía seguridades y condiciones optimas para la agricultura y la cría de ganado... un dos de diciembre de 1805, llega a La Grita el Obispo de Mérida, monseñor Santiago Hernández Milanés en una visita pastoral, allí se le plantea la necesidad de crear una parroquia en la población de El Cobre y otra en un lugar entre Queniquea y el Valle del Espíritu Santo, en el sitio de Río Bobo...
En una segunda visita del Obispo Hernández Milanés en 1807, resuelve trasladar al padre Joseph Casimiro de Mora desde Bailadores a La Grita, donde debía encargarse de una capilla que iban a fundar los vecinos del Valle del Espíritu Santo, en el llano de Río Bobo y la mesa de Queniquea, para el sostenimiento del padre Mora, el Obispo autorizó a llevar consigo la Capellanía de Bartolomé Carrero, que estaba radicada en Bailadores
El padre Mora obedeció la orden y cruzando los altos páramos se radicó en las cercanías del Valle del Espíritu Santo, en el sitio conocido como Río Bobo, allí se relacionó con un grupo de vecinos dedicados a sus cortas labranzas, entre los cuales estaban: Tomas Pulido, Eugenio Vivas, Juan Andrés Chacón, Feliciano Pulido (estos dos últimos cultivaban tabaco), Joseph Joaquín Pulido, Ventura Castillo, José Florentino Pulido y Rafael Ramírez, quienes habían sido pioneros para que el sitio de Río Bobo fuera escogido como sitio para la parroquia que se proponía crear ya que el valle tenía una planada mejor que la mesa de Queniquea.
Uno de los problemas era que existían algunas estancias de ganado mayor, de los cuales la mayor parte y la más extensa era la del doctor Antonio Bernabé noguera, quien se opuso a la construcción de la Capilla en el sitio de Río Bobo y la fundación de un pueblo, cerca de este valle estaban otro grupo de vecinos de la Mesa de Queniquea, quienes auspiciaban la capilla en este sitio. El padre Mora, enamorado del Valle del Espíritu Santo, erigió la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Río Bobo en 1808 y allí junto a los vecinos levantó una capilla de tapias y tejado de tejas, sobre un viejo cementerio indígena, así quedó fundado el pueblo del Valle del Espíritu Santo y se estableció la capilla de Río Bobo. Este proyecto de pueblo duró hasta 1817 cuando la capilla es traslada a Queniquea, dando pie a la fundación de esta población.