*José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de la Historia
Gonzalo Méndez con su hijo en el Salto de La Llovizna
la foto fue tomada minutos antes del tráfico accidente
El profesor José Gonzalo Méndez nació el 10 de enero de 1926, en la Atenas del Táchira, La Grita; la ciudad del Espíritu Santo. Ciudad que ha visto caminar en su calle a personajes históricos como: Simón Bolívar, Francisco García de Hevia, Monseñor Jesús Manuel Jáuregui, Emilio Constantino Guerrero, Eleazar López Contreras, entre otros. Por lo tanto Gonzalo Méndez ya estaba predestinado desde su nacimiento al arte del conocimiento.
El Prof. Gonzalo Méndez, fue un excelente educador, incluso cabe en él, la palabra Maestro. Fue gremialista y político tachirense de renombre, pero estas actividades fueron secundarias, por encima estuvo su amor al arte de la enseñanza. Fue un hombre de una sólida educación intelectual y moral, y la política será un instrumento que él usara para el servicio de intereses nacionales. Gonzalo Méndez enseñaba de muchos modos, pero tenía una sola manera de comunicar su enseñanza: a través de un lenguaje sencillo, que por lo mismo de su sencillez llegaba hasta la limpia inquietud del alma de los niños. En palabras de Felipe Guerrero – “Gonzalo Méndez enseñaba un mensaje que se centralizaba en las buenas acciones que predicaba y practicaba; en el rechazo continuo a lo negativo que lo echaba junto a la escoba para que la vida lo barriera”.
Profesor Gonzalo Méndez
Sus mejores amigos siempre fueron los jóvenes y al igual que el poeta García Lorca, sus palabras expresaban más que los fusiles, con las que enfrentó los tiempos duros de la dictadura de Pérez Jiménez.
Él expresaba que los niños eran el futuro y todo futuro es vida, crecimiento desde la edad hasta los pasos para alcanzar la meta propuesta. Dice Felipe Guerrero que su oficio era alegre, pues fue un maestro de almas, conductor de siluetas de un paisaje en floresta, con niños de la patria, con los campesinos de la montaña y el páramo.
Felipe Guerrero expreso: “La Universidad de un hombre se juzga por la medida de sus actos íntimos; si éstos se escuchan hacia fuera y no obscurecen sino que por el contrario dan claridad a las voces que transitan las callejas del mundo, decimos que su mensaje perdura. GONZALO MÉNDEZ continúa iluminando los senderos de la patria nueva, por eso tiene asegurada su universalidad”.
Gonzalo Méndez nació con el signo de la naturaleza creadora, caminó por las iluminadas galerías del conocimiento, penetró el camino de los filósofos. Y de esto es testimonio el Liceo “Simón Bolívar” y la Normal Valencillos, por donde dejó desperdigado su acción docente y pedagógica, en un contexto de tolerancia y comprensión humana.
De igual manera colaboró con la Federación Venezolana de Maestros y el Colegio de Profesores de Venezuela, donde sembró las semillas para la defensa de los derechos de los docentes.
Sembró la idea de fraternidad, igualdad y libertad en los gremios, la idea de la autonomía de las instituciones sindicales y del democrático pluralismo. Posición difícil la de sus ideas, si se toma en cuenta el momento que le tocó actuar, pero la siembra de sus ideas ha sido la más fecunda en el Táchira.
Gonzalo Méndez asistió a la Convención Nacional de la Federación Venezolana de Maestros celebrada en el mes de agosto de 1964 conformando un calificado grupo de educadores cuya principal proposición era la de elevar el sueldo mensual de los maestros de Educación Primaria a Un Mil Bolívares.
Este planteamiento no fue compartido por la mayoría de los Delegados de la Convención y a pesar de no haberse aprobado representó la justa vinculación de Gonzalo Méndez con los clamores y reclamos de los educadores venezolanos.
Esta Convención se celebró en Guayana, en el mismo sitio donde Simón Bolívar en 1819 lanzará su mensaje inmortal de “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Y en ese lugar, en el famoso espacio de la caída “La Llovizna”, el puente donde caminaba la delegación de Táchira se rompió cayendo al vacío, allí iba el hijo de Gonzalo Méndez, sin pensarlo dos veces se lanzó detrás de su hijo, de sus sueños y alcanzó el camino de la eternidad. Hoy Gonzalo Méndez es eterno en el recuerdo en la institución que con honor lleva su nombre.