sábado, 9 de enero de 2010

LA LEYENDA DE LA IMAGEN DE NUESTRO SANTO PATRONO.

*José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de la Historia del Táchira


En un lugar llamado Los Amarillos, caserío cercano a nuestro pueblo fue cortado un cedro, del cual se tomó una parte para ser tallada una imagen por el señor Atanasio Cárdenas.
Cortado el cedro fue transportado por el señor Atanasio Cárdenas y unos amigos suyos a La Vega (hoy sitio llamado La Cañabrava), propiedad de don Jesús Cárdenas, allí fue transformada en la milagrosa imagen del Patriarca San José. La fecha en que fue elaborada la imagen data de l887, la misma fue mandada a hacer después de la fundación de nuestro pueblo al optar el nombre de San José como patrono, por lo que se procedió asignar a Don Atanasio tan hermosa labor.
A partir de allí han nacido muchas leyendas en torno a la imagen y sus milagros. 
Se cuenta que en cierta ocasión cuando se llevaban a cabo sangrientas luchas entre los pueblos de Queniquea y San José de Bolívar, venían hacia el pueblo una tropa con el plan de atacar. Sin saber de donde, ni cómo, se presentó un ejercito de más de 600 hombres a detener el avance de la tropa contraria. Según la misma leyenda en ese momento no se encontraba en el sitio de combate ni un sólo riobobero para defender al poblado y las tropas contrarias pensaban tomar al pueblo por sorpresa. La leyenda atribuye este milagro a San José.
En otra ocasión fueron a retocar la imagen de San José, ya que se encontraba muy deteriorada. Y el artista, al poner la brocha en la imagen pudo observar que brotaban de la misma pequeñas gotas de sangre de los ojos y enseguida la imagen estaba totalmente transformada.
Entre leyendas e historias, son muchos los milagros que se atribuyen a San José, nuestro Patrono.
A la par de la leyenda y la historia de la imagen de San José, tanto material como espiritual, ha ido formándose y creciendo nuestro pueblo, la voluntad y carisma de ser riobobense, por ello se le sigue aclamando a San José como su especial protector.

(Esta leyenda fue rescatada de la oralidad en 1976, gracias a la señora Emiliana Chacón).