domingo, 11 de julio de 2010

EL DOCTOR ANTONIO BERNABE NOGUERA

*José Antonio Pulido Zambrano


De no haberse interpuesto en la primera fundación, nuestro pueblo tendría casi 200 años. La historia no es fácil de digerir, para 1805 el doctor Antonio Bernabé Noguera era el dueño absoluto del Valle del Espíritu Santo o Valle del Río Bobo como le llamaban los habitantes del Valle. El Dr. Noguera se interponía a crear el pueblo. Los vecinos argumentaban que allí estaban las ruinas de la antigua iglesia, y sobre aquellas bases nacería el nuevo pueblo. El Dr. Noguera mueve sus cartas a su favor, empieza a alimentar la querella entre queniqueos y rioboberos. El 2 de diciembre de 1805 llega el Obispo de Mérida Monseñor Santiago Hernández Milanés a La Grita en una visita pastoral y allí reconoce la necesidad de crear nuevas parroquias en aquel dilatado territorio. En 1806, Río Bobo había reconstruido la iglesia que los antepasados de aquel valle habían construido en el siglo XVI.
En esa visita parece ser, que el Doctor Noguera movió sus influencias para que la Capilla del Río Bobo no se volviera a levantar y llevo la balanza hacia los vecinos de Queniquea. Lo que sucedió luego ya esta revista lo ha repetido varias veces. En el año de 1817, año de la muerte del Doctor Noguera, logra antes de su muerte ver su sueño cumplido, la iglesia se llevara a Queniquea, y con ello su venganza hacia los vecinos del Río Bobo que le habían hecho la guerra, entre ellos Eugenio Vivas, Joaquín y Tomas Pulido, Juan Andrés Roa, Doña Lucia Márquez, entre otros.
Pero, ¿Quién era el doctor Antonio Bernabé Noguera? Hermano del Administrador de la Real Hacienda en La Grita Don José Trinidad Noguera y Neira, quién se caracterizó como su hermano por sus abusos, arbitrariedades y gran soberbia. Esto - sigue escribiendo Lucas Castillo en sus libros - que esta familia se ganase el odio de griteños y circundantes.
Las ínfulas del poder permitían a los hermanos Noguera transitar las calles de La Grita en fastuosos Carruajes y bellos corceles blancos. Esta familia era una de las castas más poderosas de la Ciudad del Espíritu Santo. Llenos de orgullo - dice Horacio Moreno - por sus blasones, se titulaban los “Caballeros Noguera” y dominaban con su poder a todo aquel conglomerado. Su soberbia y autoritarismo, los había convertido en el blanco de muchos odios y malquerencias. La mayoría del pueblo los detestaba, pero también tenían su grupo que los respaldaba y defendía.
El doctor Antonio Bernabé Noguera, estudio Jurisprudencia en la Universidad de Madrid, donde se graduó de Doctor y prosiguió estudios avanzados de Medicina en ese mismo instituto. Esto le permitió ejercer el liderazgo de la zona. El Valle del Espíritu Santo le servía como una gran hacienda de ganado y frutos de cosecha menor.
La mayoría de sus tierras las adquirió por pleitos y halagos al Rey de España. Comenta Horacio Moreno que el Doctor Noguera “era un hombre de pasiones intensas, vengativo, de carácter fuerte y modos soberbios, lo que aunado a su poder económico, lo convertían en un hombre temido y odiado por muchos. Por añadidura era un realista a ultranza y defiende sus convicciones con entereza y valor, aun cuando aprovecha las situaciones para ejercer sus venganzas personales”. Mas que una rencilla con los campesinos de los páramos y la montaña del Río Bobo, estaban los intereses personales de este hombre acaudalado, los descendientes de este señor terminarían también viviendo en San José de Bolívar a principios de 19000, la mayoría comerciantes y políticos. En su testamento deja claro tener una finca en el Río Bobo que va desde las adjuntas de los ríos hasta la quebrada de los Paujiles y otra posesión contigua, desde los Paujiles a los Ranchos, por el filo de la mano izquierda hasta el cimiento que linda con el páramo de Pernía, con sus caídas para Pregonero, derechos en el Páramo de El Rosal.
El caudillo. Cabe bien este termino para definir al Doctor Noguera. El Diccionario de la Real Academia Española señala la palabra Caudillo: “el que como cabeza, guía y manda la gente de guerra” y “el que dirige algún gremio, comunidad o cuerpo”. El Caudillo Noguera desplomo los primeros sueños de creación de un pueblo, que años más tarde bajo las riendas de los descendientes de aquellos primeros hombres de campo, fundarían a san José de Bolívar.
Sus restos hoy yacen en La Grita. Paz a sus restos. La historia se encargara de recordar los actos de los hombres buenos y de los malos.