martes, 6 de julio de 2010

LA EPOCA DORADA DE JUAN FRANCISCO SANTOS EN SAN JOSÉ DE BOLíVAR

*José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de Historia del Táchira


Aunque la relación de Juan Francisco Santos con San José de Bolívar ha sido vinculado generalmente a su pertenencia a lo religioso, lo cierto es que en el ambiente en el que desarrollo sus actividades culturales e históricas hoy día sigue siendo recordado por los rioboberos como un gran sacerdote.
Uno de los personajes con los que mantuvo una relación más estrecha fue Isidro Chacón, el conocido riobobero que por mucho tiempo fue el Sacristán oficial de nuestro pueblo.
Cuando se conocieron, Isidro era un hombre entregado ya a la filosofía de Dios y de su pueblo, eso ayudó a estrechar una amistad, que como nos cuenta Isidro hoy día se mantiene a través de la vía telefónica.
Es seguro que el padre Santos se sintió impresionado por el enorme despliegue de andinidad que mostraba nuestro pueblo y que lo llevaría más tarde a decir: “Sea sincero, tachirense. Usted no sabe dónde está Río bobo. Si lo sabe, considérese del pequeño grupo, acaso de los que todavía quedan, que antes de añorar lo que no tienen, tratan de conocer lo que tienen. Río Bobo no es Río de Janeiro, ni es Yolanda del Río. Quizá estos dos nombres le suenen más.Lástima. Río Bobo es eso: un río. O mejor, un poema que se hizo río. De bobo no tiene nada; sólo el nombre” - palabras que en aquellos días ya nos muestra la grandeza y el amor de este hombre por San José de Bolívar.
En aquellos días de 1976 Juan Francisco Santos no ejercía la docencia musical y aún faltaban algunos años para que elaborase su famoso Himno a San José. 


Presbítero Juan Francisco Santos Gutierrez

Es conocido el dominio que el padre Santos tenía sobre la armonía del Piano, un instrumento desconocido para la juventud de aquella época, y fascinaba tanto al padre Santos que alentó a varios jóvenes de la comunidad a encaminarse en el campo de la música, como el caso de Alejo Ramírez. Fue más tarde, en 1979, cuando el padre Santos publica su Himno a San José. Una melodía que muestra un magnetismo espiritual del riobobero a su patrono, que muestra un principio de vida basado en la moral y los valores, dejando allí plasmado el alma universal del padre Santos a través del rostro campesino de San José.
A treinta y tres años de haber llegado la figura de Juan Francisco Santos a nuestro pueblo, su obra perenne no se olvida, uno de los sacerdotes más geniales de todos los tiempos en el Río Bobo. 
En 1977 Juan Francisco Santos fundó la revista juvenil “Ensayo”, una especie de cenáculo y nombre muy innovador, cuyos miembros creían en la siembra de inquietudes en la personalidad de aquellos jóvenes a través del nuevo periodismo. Pero este movimiento periodístico, además de ser un lugar de conocimiento, pues allí se empezó a estudiar las bases históricas de nuestro pueblo que ayudaría a Horacio Moreno en la elaboración de la Monografía de San José de Bolívar, fue un circulo para la amistad.


El padre Santos con Alejo Ramírez en el piano

En la época del padre Santos, nuestro pueblo aún es un pueblo agrícola por excelencia. Además esta dando algunas obras que dirige Don Antonio Roa desde la junta Comunal. Pues para esta época existen calles aún de tierra en el casco central. Estas obras nacen en la expectativa de celebrar el Centenario del poblado. Es este tiempo como lo señala el Juez del Municipio, Don Anibal García: “Aquí en el pueblo se puede dormir con las puertas abiertas”. La casa parroquial presenta grandes deterioros, por lo que el padre Santos empieza una lucha para salvar la casa parroquial. 


Calle Bolívar, Sector El Topón

Las calles del sector del Topón son todas de tierra, y éste es un sector que no pasa de veinte casas. 


Señor Antonio Roa, Presidente de la Junta Comunal

Es el tiempo que el padre Santos y otros rioboberos plantean la terminación de una red de cloacas para varias calles y carreras del pueblo, así como el arreglo y el asfaltado de las mismas. Son los tiempos en que en época de lluvias, el centro del poblado se llena de tierra, al ser arrastrada por este fenómeno de la naturaleza que “algunos calma la sed y a otros da dolores de cabeza” - señala Don Vicente Vivas.


Calle 5, sector La Quinta

En una entrevista que se hace en la época al padre Santos, él señala que: “El pueblo se llena de tierra, al ser arrastrada por la lluvia, a través de las calles destapadas. Por que no pensar en que se dote a este pueblo de un plano que regule su desarrollo. Es un pueblo turístico. Es un pueblo atractivo y bien vale la pena abrir ese camino y abrir esas perspectivas”.
También plantea para este momento el padre Santos la actualización del acueducto, pues aunque no falla el agua en el pueblo, hay que darle un sentido visionario y mejorar la red de encloacado que es vieja. Y su otra lucha es el mejoramiento de la Casa Cural, pues hay filtraciones y hay el temor que le pase lo mismo que a la vieja Prefectura, que se fue a piso por falta de mantenimiento, esta Prefectura que fue hecha durante el mandato del General. Marco Pérez Jiménez.


Es la época en que jóvenes rioboberas como las que aparecen en la gráfica representan a las candidatas a un feriado, como lo son: Maribel Conde, Aura Mora, Nelly Pulido y Florinda Cárdenas.

En el año de 1981 resultó electa como Reina Popular de las Ferias y Fiestas del poblado la señorita Lilian Chacón. Tiempos bonitos en que las ferias las hacía la comunidad y no dependían de un poder burocratizado, eran las ferias del pueblo para el pueblo.
Son los tiempos que el profesor Gilberto Guerrero dirige el Liceo San José de Bolívar, tiempo donde el deporte y la cultura florecen. Tiempo en que la semana aniversaria se engalana con su Revista gimnástica y deportiva. Tiempos en que la banda del liceo van en Desfile Escolar y rinden tributo al Libertador. 
Es esta época cuando delegaciones deportivas de: La Grita, El Cobre, Delicias, Seboruco, Queniquea, La Florida y Pregonero, vienen a nuestro Liceo a jugar las disciplinas de moda: Fútbol, Voleibol, Básquetbol, entre otros. Son los tiempos en que los profesores se esmeran por realzar esta institución. Uno de estos maestros es el Prof. Teodoro Arecio Mora. Son profesores: Celina Roa, Victoria Chacón, José Eleuto Peñaloza, Edita Quintero, Orlando Mendoza, Rogel Cardozo, José Efraín Vivas, Manuel Hernández, José Montoya, Virgilio Bayona, Humberto Abreu, Marina Chacón y Adela Salcedo. 


Victor Guerrero, Nemecio Benítez, Juan Francisco Santos y Gilberto Guerrero 

Es la época en que el campesino riobobero es sencillo, católico y laborioso. Los domingos las familias van a misa, a ponerse en paz con Dios.


Cuando caminó el padre Santos por las calles de este poblado aún estaba en pie la casa de don Ernesto Santander que quedaba en la calle 4 con carrera 2.


Las bodegas del pueblo eran administradas por: Don Luis Duque, Doña Teotiste Chaparro; cuya tienda era más bien una quincallería y era el único lugar donde vendían mortajas. Doña Carmen de García donde además funcionaba una venta de comida, Don Saturnino Guerrero tenía su bodega en la casa que luego sería de Raimundo Pérez y que él continuaría; Don Ezequiel Zambrano también tenía otra bodega en la casa que es hoy de Ricardo Ramírez; Don Pascual Escalante tenía su bodega en la salida del Topón y sin duda no podemos olvidar la Pescadería de Stanilao Vivas. Las licorerías eran de Don Rómulo Romero y la de Don Pedro Pulido o Pedro Negro, hoy atendida por su hijo Gregorio y Doña Evelina García de Pulido tenía otra venta de comida. La bodega de Clemente Pernía en La Quinta, que antes fuera de Julio Silva “Mochillas”; La bodega de Don Modesto García, que luego atendería sus hijos Darío y Benedo, y que en un tiempo tuvo Rockola y funcionó como licorería. Y la Tienda-ferretería de Don Segundo Pulido, que antes fue de Don Pedro Pulido o Pedro el cojo. Y la pensión “San José” de Doña Victoria Marqués que estaba a la entrada al pueblo.


Calle Bolívar de San José de Bolívar (Año 1981)


Carrera 4 de San José de Bolívar (Año 1981)

San José de Bolívar va enrumbándose al progreso, empiezan a llegar mas automóviles que transitan al lado del caminante riobobero.


Antigua Prefectura de San José de Bolívar (Año 1981)

En estos días la Prefectura y la Policía funcionan en un local que antes fue de la Medicatura. El antiguo caserón de la Prefectura fue hecho en 1946 bajó el mandato de la Junta de Gobierno, pero por mandato del presidente Isaías Medina Angarita, un edificio imponente pero que se deterioro por falta de mantenimiento, y para desgracia de la cultura se fue a piso como se observa en la gráfica que nos cedió el amigo Rafael Chacón en el Archivo de Diario Católico. 


Y, el camino del Centenario no se puede parar - señalaba el Padre Santos - por ello, fueron elegidas candidatas para tan magno evento las señoritas: Sonia Santander, Carmen Vivas, Nilza Pérez y Nelida Guerrero. 


A petición de los habitantes se empieza a asfaltar la calle central del poblado. Y las casas comienzan a vestirse y las calles a adornarse de cadenetas, pues la fiesta estaba cerca.


La Junta comunal aparece en esta gráfica para la historia, hoy allí funciona la Alcaldía del naciente municipio Francisco de Miranda.


Más tarde, el padre Santos, influido por su mundo de librepensador ilustrado incursiona en la escritura, busca las raíces históricas de nuestro pueblo. Reflexiona sobre el futuro devenir de nuestro pueblo, se adelanta en el tiempo y dice que el Río Bobo será el principal y generoso donante que colmará las arterias del nuevo acueducto del Táchira, lo que realiza a través de una columna periodística llamada “Rioboberías”. 


Hace amistad con los hermanos Contreras Pulido (Pedro y José o “Pepe”), con quién comparte su adicción por la lectura y el buen escribir. Reflexiona sobre temas que aquejan a la población como lo es el aguardiente y el silencio y la soledad como virtudes que alberga nuestro pueblo.
Mantiene una lucha quijotesca hasta el último día de estadía en nuestro pueblo, el lo expresa así: “Tantos años desguarnecido este pueblo de asistencia médica, peleando las enfermedades a punta de remedios caseros, y no ha sido más alto el índice de mortalidad que en centros urbanos, con mejor cobertura de gastos, algún día hablaremos expresamente de Don José Mora”. Es tan fuerte el problema de salud, que un paciente moría antes de llegar a San Cristóbal, a cuatro horas o más de camino. El padre Santos comienza un trabajo de hormiga, y contacta a otro riobobero más, el señor Gobernador del estado Pedro Contreras Pulido, quién acaba de inaugurar el liceo de la comunidad, ahora el problema no es educación, es salud. Ejemplo el matadero de la comunidad.


La Medicatura se empezó a construir en 1974, atendiendo el desarrollo de programas sanitarios en el medio rural. Empezó esta obra con una partida de 250.000 Bs y otra participación de 100.000 Bs.
Esta obra fue inaugurada por el Gobernador del Estado, profesor Pedro Contreras Pulido, acompañado del doctor Ernesto Paolini, comisionado general de salud, del médico jefe del distrito sanitario N ° 9, doctor Arfilio Nieto. Siendo esta obra de envergadura de gran ayuda para el Municipio.
El padre Santos tuvo que dejar a San José de Bolívar de manera impensada a finales de 1981, viniendo al pueblo el padre Nepomuceno. Las causas de dicho viaje inesperado es la salud del padre Santos. 
Nació el padre Santos el 9 de junio de 1922—según información suministrada por Isidro Chacón - y hoy en la actualidad trabaja en la Parroquia San José de Macaracuay, en Caracas.
Recuerda Isidro Chacón que a Venezuela llegaron a Venezuela tres hermanos españoles de la Orden de los Franciscanos: Adolfo, Carmelo y Juan Francisco Santos, después de la caída de Pérez Jiménez.


El padre Santos planeó fundar una nueva fraternidad riobobera. Aunque redactó los estatutos y las obligaciones de los miembros de la comunidad, el proyecto se trunco a su temprano viaje del pueblo.
Sin embargo los tiempos que corrían no eran los más propicios para los proyectos visionarios del padre Santos, pues en su época fue considerado tal vez un loco, enfermo del delirio por llevar a un pueblo a un mejor futuro, y quizá eso dejó el padre Santos sembrado en el corazón del pueblo: Creer en ser riobobero.
“Negar la verdad es un adulterio del corazón” señaló San Agustín en su tiempo. Y, negar que el padre Santos fue después de los primeros fundadores, uno de los hombres venido de la madre patria España que más ha querido a este pueblo. Desde Riobobense, este pequeño órgano editorial, se siente agradecido por los pasos que el padre Santos abrió para mantener nuestras historias locales, a él este pequeño pero sincero homenaje. “El hombre que no piensa sino en vivir, no vive” nos dejo escrito Sócrates, y eso es Juan Francisco Santos, un ser desprendido, un ser que pretendió cambiar el mundo, y quizá lo hizo desde este pueblo. 


Medicatura de San José de Bolívar (Año 1979)