viernes, 2 de julio de 2010

HISTORIA DE UN SECUESTRO EN SAN JOSÉ DE BOLÍVAR

*José Antonio Pulido Zambrano



No todo en la historia es bonito para relatar y reescribir. Pero para los estudios de nuestro pueblo en el futuro, tanto lo económico como lo social es importante para poder entender una sociedad. Un flágelo nacido en Colombia y que poco a poco fue inundando al estado Táchira es el secuestro. En el pueblo del confín del mundo, San José de Bolívar, también llegó este mal social, ocurrió el 3 de septiembre del 2007, cuando en el sector "Quebrada Grande" fue plagiada Rosa Elena García, luego de negociar con los secuestradores, quienes iban inicialmente por el señor Laurian García. Antes de huir con Rosa Elena, los secuestradores maniataron a la víctima y le hicieron que calzara botas de caucho, los niños y adultos que se encontraban en la casa, fueron amarrados por los plagiarios, quienes advirtieron que no intentaran desatarse hasta pasadas dos horas de su huída.
Dos semanas después del secuestro, el hecho se hizo público ante la denuncia que en Diario de La Nación hiciera el presbítero Franco Lanza, allegado a Rosa Elena, quien pedía a los captores que la devolvieran a su hogar, que no le hicieran daño, ni la maltrataran
Un mes después en operación comando del grupo Antiextorsión y Secuestro, Gaes, de la Guardia Nacional y la División Nacional contra Extorsión y Secuestros de la Policía Científica de Caracas, fue rescatada en el municipio Fernández Feo. Rosa Elena García Ramírez, de 29 años de edad, fue encontrada en un cambucho de la finca "Caño Lapa", de Guafitas, municipio Fernández Feo, donde capturaron a dos de los secuestradores, uno de nacionalidad colombiana, y el otro venezolano, en tanto que otros dos lograron huir.
Rosa Elena, en una mezcla de sencillez innata y alegría, brevemente narró que durante su cautiverio fue tratada bien, dentro de lo que cabe:

-Me trataron bien, me alimentaron y me permitieron que rezara para regresar nuevamente a mi casa. Gracias a todas las personas que rezaron por mí, yo estaba conectada con ustedes, también rezando. Siempre estuvieron en mis oraciones. Gracias a todos los que contribuyeron con mi rescate. 


Este pequeño episodio es una hoja histórica que quedó grabada en los corazones de los rioboberos, y es triste decirlo pero detrás del secuestro, empezaron a llegar al pueblo otros males de la sociedad del siglo XXI.