domingo, 11 de julio de 2010

JUAN PABLO PEÑALOZA Y DON RUBÉN DEVIA

*José Antonio Pulido Zambrano
Individuo de Número de la Academia de Historia del Táchira


El 25 de octubre de 1998 moría uno de los campesinos, hombres de campo que fundo la aldea Río Azul. Había nacido en 1909 en el caserío San Pedro, de la aldea Helechales, circunscripción de Pregonero en el año de 1909. Debía el nombre de Helechales, pues en este lugar dominaba esa planta conocida como Helecho. Fue famoso en el caserío Los Guardijos, donde tenía de su propiedad una finca, donando una parcela para la construcción de la escuela de Río Azul, y de manera posterior la de Guardijo.
Don Rubén Devia al lado de otros vecinos de Río Azul construyo el primer camino de recuas de esta aldea a El Viso para comunicarse con la capital del Municipio San José de Bolívar. 
Don Rubén relataba a sus 89 años las invasiones que hacía el General Juan Pablo Peñaloza desde Colombia, cuyo objetivo era sublevar al pueblo tachirense, que Peñaloza sabía desafecto al régimen gomecista, con la esperanza de iniciar desde los pueblos del Táchira un nuevo gobierno de transición para derrocar al Benemérito. 



Montoneros de San José de Bolívar
(Archivo Fundación Pulido)

Señalaba Don Rubén que el objetivo de Peñaloza nunca logró realizarse, pues sólo los pueblos de Michelena, El Cobre, Queniquea, La Grita y Pregonero eran adeptos a la idea revolucionaria de Peñaloza. 
El padre de Don Rubén, había ingresado a las milicias de montaña, o lagartijos, como eran llamados estos rebeldes andinos.
Por ello Peñaloza se limitaba a una guerra en desplazamiento por estos pueblos de montaña que tenía como base los caminos de El Zumbador, por eso los campesinos cuidaban tanto sus caminos de recuas. 
En una de estas andanzas, Peñaloza ante la amenaza de captura por parte del General Useche, tomó el pueblo de Pregonero, pero ente la cercanía de un ejercito enviado desde Mérida, y al no tener respuesta de su gente en La Grita, Peñaloza se regresó vía el páramo por la vía: Río Azul - San José de Bolívar - Queniquea, hasta llegar al Páramo del Zumbador. 
En San José de Bolívar era Jefe Civil Don Jesús Contreras, adepto al régimen de Gómez y amigo personal de Eustoquio Gómez, por lo que en San José de Bolívar el General Peñaloza debió pasar desapercibido, vestido de arriero de mulas, sólo recibió café y arepas de trigo en la Casona del General Evaristo Peñaloza, uno de los pocos que apoyaban a su homónimo Peñaloza en la revolución de los montoneros. 
En Queniquea debió verse con los Salcedo y los Mora, dictando directrices para la nueva invasión. De Queniquea se dirigió a Las Pavas y de allí al Zumbador, retomando el camino a Colombia y preparando un nuevo asalto en los años venideros. 


Ángel María Salcedo (sentado) y sus hombres de Queniquea
(Foto: Albúm del Táchira de Humberto Díaz Brantes, 1930)

Relataba después Don Rubén, que a los dos o tres años volvió Peñaloza a Pregonero, pero esta vez Eustoquio fue inclemente e incendio al pueblo, matando a los que eran señalados como montoneros, el papá de Don Rubén debió llevarse a su esposa e hijos a la montaña, y por tres días consecutivos el pueblo de Pregonero ardió como las ruinas de Troya.
Leyenda o no, Don Rubén señalaba que recordaba cuando al General Juan Pablo Peñaloza lo capturaron en la aldea de Río Azul, y después fue llevado a la cárcel de Maracay o La Rotunda. 


Captura del general Juan Pablo Peñaloza
(Foto Archivo: Fototeca del Táchira)

Los últimos años de vida Don Rubén Devia los vivió en su casa solariega en la aldea Río Azul, allí recibió a extraños y visitantes, y como buen riobobero, pues adoptó esta tierra como suya, entregándole su amor y su trabajo de campo. Llegó a Río Azul en 1942 y se dedico a cultivar la tierra, llevo el arado, las bestias mulares, el primer acueducto rural, y la idea de construir una iglesia, que nunca pudo concretar.
Vestía Don Rubén de Liqui-liqui de kaki y sombrero, hombre de alpargatas de por vida, siempre alumbró sus sueños con una lámpara de kerosén. Casi siempre tuvo más comunicación con Pregonero, pero siempre se alegraba cuando veía llegar sus pies cansados a la población de San José de Bolívar. 
Venía al pueblo de San José de Bolívar a comprar víveres y suministros para un mes, pués Don Rubén se fue aislando cada día del poblado y la civilización, y como los sabios cada día busco más la soledad y la meditación. 


Aldea Río Azul de San José de Bolívar (Año 2012)
(Foto Archivo Riobobense)

Poseyó también Don Rubén un trapiche, donde otras familias de Río Azul como los Cárdenas comentaban que de allí salía una de las mejores panelas del Municipio. 
Hasta los últimos días de su vida este campesino vivió amando su terruño amado, al lado de un tarro de café por las tardes volvía a sus cavilaciones y se decía:”Aquí le quedó el último montonero mi General Peñaloza”.


General Juan Pablo Peñaloza
(Archivo particular de Walter Márquez)